capitulo 22:

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-¡estúpidos!.-dijo Francis corriendo.

-ingenua.-dijo Andy tomándola del brazo.

-¿Cómo pudiste correr tan rápido?.-dijo Francis llorando.

-soy un demonio.-dijo Andy sonriendo, amarró a Francis a un tronco que había justo en medio de el bosque, en donde estábamos.

-conseguirás tus cuernos pequeña masacre.-dijo Andy sonriéndome, sacó de una maleta suya 3 collares de piedras hermosas, solo que uno era como de rocas negras opacas, sacó dos cuchillos, un frasco mediano, unos fósforos, unas rocas extrañas, unas escrituras de idioma anormal etc.

-¿para que es todo eso?.-dije susurrando.

-para el ritual.-dijo Andy.

-ok, ¿la vas a quemar?.-dije imprecisa.

-la vamos a quemar, pero primero tienes que matarla, yo te ayudare, ponte este collar.-dijo dándome en la mano uno de los collares hermosos, el se puso el otro.

-tienes que ponerle este a Francis.-extendí mi mano y me dio el de piedras negras.

-¡son unos tontos!.-dijo Francis llorando y gritando, le puse el collar.

-se te ve bien.-dijo Andy tratando de hacer un cumplido.

-ok, sólo déjame colocar estas piedras y estas velas alrededor de ella.-hizo lo que dijo, y después me dio un cuchillo filoso en la mano.

-¿la tengo que matar ahora?.-dije tiritando.

-no, espera, tienen que ser las 3:00, antes de que el sol salga tu ya tienes que tener los cuernos.-dijo Andy señalando la luna y su reloj.

-listo ¡ya apúrate!.-dijo Andy empujándome hacia Francis.

-soy una mala persona...-dije, con la cabeza abajo apuñalé a Francis, ella grito mucho y su sangre quedó en mis manos, por alguna razón ya no quería seguir.

-Andy ¡no puedo!.-dije abrazándolo.

-tranquila sigue mi turno.-soltó una carcajada y me apartó con una mano, caí al suelo, de pronto escuché los gritos de Francis mas fuertes y Andy estaba completamente lleno de sangre.

-así es como se hace.-dijo Andy señalando a Francis, no podía creer lo que había visto.

-sigue lo mejor.-dijo Andy tomando un frasco, lo llenó de sangre de Francis y me dejo cubierta de sangre.

-esto es grotesco.-dije con cara de asco.

-quémala.-dijo dándome un fosforo en las manos, lo tiré hacia ella y empezó a quemarse, Andy grito unas palabras extrañas y una neblina extraña me rodeó como un huracán, de pronto sentí un dolor insoportable de cabeza, mis odios escuchaban solo un sonido fuerte como el de un bajo de las bocinas de un carro, caí al suelo bruscamente y e sentí como si me hubiera desvanecido.

-¡tus cuernos son geniales, despierta!.-dijo Andy apuntando a mi cabeza.

-¿ya tengo cuernos?.-pregunté tomándolo del hombro.

-¡si mírate!.-me enseño un espejo, mis cuernos eran normales, eran rosas magenta estaban en forma vertical derechos y estaban como con rayitas café.

-son lindos y pequeños.-dije tocándome la cabeza.

-exacto.-dijo Andy apuntándome con el dedo.

-¿ya nos vamos a ir?.-dije imprecisa.

-si, ya va a amanecer.-se dirigió hacia el auto, me abrió la puerta y se sentó.

-¡apúrate!.-dijo dándole golpecitos a mi asiento.

-¡ya voy!.-dije corriendo hacia el automóvil.

-y...¿Cómo te sientes?.—dijo Andy encendiendo el coche.

-mmm...creo...creo que ¿bien?.-dije de nuevo confusa.

-¿crees?.-dijo apagando el auto.

-no, si estoy bien.

-mmm te creeré.-dijo encendiendo nuevamente el auto.

Y así fue todo, seguimos nuestro rumbo hacia lo desconocido para mí, nos dirigíamos a otra dimensión, un lugar completamente desconocido para mí, haba ido hacia la entrada de esa dimensión cuando fuimos por Hellín, pero...nunca había entrado, miles de pensamientos pasaban por mi cabeza: "¿Qué tal si no pertenecía a esa dimensión?, ¿Qué tal que no me llevaba bien a los demonios?", esos y muchos mas.

-es hora de buscar comida.-dijo Andy tocándose el estomago.

-buena idea, pero ¿Qué comeremos?.-dije.

 


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