"RHAENYRA, LA GUERRA." Part.2

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ʟɢᴜɴᴀꜱ ʟᴇʏᴇɴᴅᴀꜱ ꜱᴏɴ ᴄᴏɴᴛᴀᴅᴀꜱ ᴀʟɢᴜɴᴏꜱ ꜱᴇ ᴄᴏɴᴠɪᴇʀᴛᴇɴ ᴇɴ ᴘᴏʟᴠᴏ ᴏ ᴇɴ ᴏʀᴏ

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ʟɢᴜɴᴀꜱ ʟᴇʏᴇɴᴅᴀꜱ ꜱᴏɴ ᴄᴏɴᴛᴀᴅᴀꜱ ᴀʟɢᴜɴᴏꜱ ꜱᴇ ᴄᴏɴᴠɪᴇʀᴛᴇɴ ᴇɴ ᴘᴏʟᴠᴏ ᴏ ᴇɴ ᴏʀᴏ. ᴘᴇʀᴏ ᴍᴇ ʀᴇᴄᴏʀᴅᴀʀÁꜱ, ᴍᴇ ʀᴇᴄᴏʀᴅᴀʀÁꜱ ᴘᴏʀ ꜱɪɢʟᴏꜱ.
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Ráfagas de fuego iban y venían, miles de barcos habían sido incinerados por el fuego de Bruma y Syrax, Leanor y Rhaenyra se coordinaban por los cielos mientras danzaban tal cual en perfecta sincronía mientras acababan con sus enemigos.

Rhaenyra suspiro mientras veía a su esposo descender desde los cielos, ambos aterrizaron cerca de una de las montes secos de aquella isla. Los dragones retornaron vuelo hasta un lugar más alejado dejando a sus jinetes en tierra.

Leanor se acercó a su esposa, tomó su mano y la giró hacia él, encontrándose con esos ojos violetas que cautivaban. El rostro angustiado y triste de la ahora joven de veinte primaveras, estremeció el corazón del Velaryon.

— ¿Qué pasa Nyra? — pregunto este mientras acaricia la mano de su esposa.

— Extraño mucho a mis pequeños niños. — una sollozo de escuchó salir y ella se aferró al pecho de su esposo. — Los mellizos están cumpliendo dos días con el nombre hoy, me he perdido su primera risa, sus primeras palabras y su primeros pasos. ¿Qué clase de madre deja a sus hijos solo para demostrar que es digna de un trono en donde nadie quiere verla sentada? — ella lloraba con profundo dolor.

— ¡Nosotros! — habló un hombre de aspecto curtido, ojos y cabello negros, así como una altura considerable y rasgos muy marcados. — Su gracia, hemos venido para hacer frente a la batalla junto con usted. — se puso de rodillas. — El Norte ha venido a dar su vida por nuestra futura reina.

Los barcos atracaron en la costa, Rhaenyra levantó su cabeza para ver cómo varios hombres marchaban en filas hasta donde ella y Leanor se encontraban, la bandera de la casa Targeryen ondeaba con fiereza y los estandartes de aquellas casas que se mantuvieron fieles a ella también.

— Hemos venido a morir por la futura reina dragón. — Lord Roderick Dustin clavó en la tierra su espada mientras hincaba rodilla.

Leanor también hincó rodilla ante su esposa, los hombres que habían bajado de las embarcaciones también lo hicieron, en aquel momento Rhaenyra sintió que el sacrificó que había hecho, sería la recompensa del mañana. Y sobre toda las cosas, volvería a casa como una guerrera, para sus hijos estuvieran orgullosa de ella.

— Acabaremos esto mis señores, al anochecer atacaremos con todo, y esos bastardos arderán bajo el fuego de nuestros dragones y caerán bajo vuestras espadas. — declaró la heredera mientras se escuchaba el vitoreo de los presentes.

𝐄𝐋 𝐏𝐑Í𝐍𝐂𝐈𝐏𝐄 𝐐𝐔𝐄 𝐃𝐄𝐁𝐈Ó 𝐒𝐄𝐑.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora