ᴠᴏʟᴛᴇᴀ ᴛᴜ ᴄᴀʀᴀ ʜᴀᴄɪᴀ ᴇʟ ꜱᴏʟ ᴅᴇᴊᴀ Qᴜᴇ ʟᴀꜱ ꜱᴏᴍʙʀᴀꜱ ᴄᴀɪɢᴀɴ ᴅᴇᴛʀÁꜱ ᴅᴇ ᴛɪ. ɴᴏ ᴍɪʀᴇꜱ ᴀᴛʀÁꜱ, ꜱᴏʟᴏ ꜱɪɢᴜᴇ; ʏ ʟᴀꜱ ꜱᴏᴍʙʀᴀꜱ ɴᴜɴᴄᴀ ᴛᴇ ᴇɴᴄᴏɴᴛʀᴀʀÁɴ.
_____________________________El relinchar de los caballos y las huellas que estos dejaban sobre la nieve era más que notorio, y sobre el cielo, cinco dragones surcaban el norte. La princesa Rhaenyra observaba con felicidad a su pequeño niño, Aegon lucia imponente, volando sobre los cielos al lomo de Sunfyre, y a su par, dos dragones más siguiéndole el paso. La joven heredera, se sintió orgullosa de su preciado niño. Por la ventana de la carroza real, Visenya observará a su hermano mayor, y padres, la niña suspiro con pesar, pues aún se aferraba al huevo de dragón que fue puesto en su cuna, y no había eclosionado.
Su madre le había dicho que algunos tardaban más tiempo en salir de su cascarón, y que ella algún día tendría un dragón, y sería magnífico. Y así, la pequeña Visenya de casi tres primaveras, siguió anhelando en su corazón, su tan preciado dragón. Por otra parte, Jacaerys, se sumía en un sueño profundo en el regazo de su querida tía Heleana. La dulce princesa, acariciaba con ternura la melena de su querido sobrino, mientras reía al ver la cara de su hermano menor, Aemond, confundido por los bostezos del bebé Lucerys. La reina Alicent, y sus hijos se habían incluido en el viaje, puesto que el rey, amedrentó a su condición, decidió que sería bueno que, sus hijos, esposa y él, viajaran al norte para respirar otros aires.
En la capital, el príncipe Daemon y su esposa, Lady Laena, habían quedado encargados de la ciudad. Fue la misma reina Alicent, quien se lo sugirió a su esposo, pues la mujer, no deseaba dejar a sus anchas a Otto, como mano regente mientras Viserys y ella siguieran fuera. El rey, lo tomó a bien, sabía que Laena controlaría los impulsos de Daemon, así que envió un cuervo a Dragonstone y la mañana siguiente, la pareja y sus hijas gemelas, arribaron a la capital para cumplir con su tarea.
...
Hydros y Drogo rugieron, a lo lejos se observaba la enorme fortaleza de la casa Stark, y una comitiva se acercaba para escoltar a la familia real. Aegon con emoción fue el primero en descender y aterrizar en el gélido frío. Sonrió con gracia, viendo al que seguramente era, Lord Rickon Stark, envuelto en pieles, con una larga capa negra, y sobre su costado, "Hielo" la antigua e enigmática, espada de acero Valyria de la casa Stark. El hombre bajo de su caballo para acercarse, su cara palideció cuando el dragón del príncipe Aegon aterrizó, levantando una capa de hielo fino, observó como el niño bajaba de la enorme bestia, para unos minutos después, dos dragones más, descendían resguardándolo.— Mi príncipe. — el hombre hincó rodilla. — El norte es suyo. — dijo.
Aegon sonrió con tranquilidad, y se acercó al lord.
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𝐄𝐋 𝐏𝐑Í𝐍𝐂𝐈𝐏𝐄 𝐐𝐔𝐄 𝐃𝐄𝐁𝐈Ó 𝐒𝐄𝐑.
Ciencia FicciónAegon II Targaryen, el primer vástago del rey Viserys Targaryen y su esposa, la reina Alicent Higthower. Aegon, "EL USURPADOR" "EL BORRACHO" fue el triste legado que dejó sin precedentes. Una lágrima salió apresurada del rostro del joven rey cuand...