"FAMILIA."

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"ᴇʀᴇꜱ ᴜɴᴀ ᴇꜱᴛʀᴇʟʟᴀ ꜰᴜɢᴀᴢ Qᴜᴇ ᴠᴇᴏ, ᴜɴᴀ ᴠɪꜱɪÓɴ ᴅᴇ Éxᴛᴀꜱɪꜱ

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"ᴇʀᴇꜱ ᴜɴᴀ ᴇꜱᴛʀᴇʟʟᴀ ꜰᴜɢᴀᴢ Qᴜᴇ ᴠᴇᴏ, ᴜɴᴀ ᴠɪꜱɪÓɴ ᴅᴇ Éxᴛᴀꜱɪꜱ.ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ᴍᴇ ᴀʙʀᴀᴢᴀꜱ, ᴇꜱᴛᴏʏ ᴠɪᴠᴏ. ꜱᴏᴍᴏꜱ ᴄᴏᴍᴏ ᴅɪᴀᴍᴀɴᴛᴇꜱ ᴇɴ ᴇʟ ᴄɪᴇʟᴏ."
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Aegon siente el aire chocar con su rostro pues las suaves notas de la brisa ligeramente agitada bailan a su alrededor mientras asciende a lomos de su dragón. Sunfyre a crecido en gran manera pues siendo criado en libertad atañe a la gonorreria y el buen placer que los muros de Dragonpit le limitan. Una sombra gigantesca se posa encima de ellos, Aegon nota la tranquilidad de su dragón pues reconoce el olor de aquella enorme bestia que los sobrevuela, un rugido se escucha y un Segundo dragón un poco más pequeño se une a la travesía, el niño sonríe agitando sus manos para saludar al jinete nuevo.

El imponente castillo de High Tide se percibe desde la costa, los dragones ansiosos de llegar a la extensa playa con arenas doradas descienden sin problema alguno, Sunfyre ronronea al sentir el leve tacto de su jinete al acariciarlo pues aún seguía siendo una cría demasiado consentido. Aegon sonríe al acercarse hasta donde su abuela lo espera con los brazos abiertos, el niño se acurruca con tranquilidad en la calidez que emana aquella mujer, su sonrisa plena y tranquila hace que cada vez se sienta con mayor fortuna; un ruido de escucha, el Segundo dragón aterriza y de su lomo baja Lady Laena esbozaba de felicidad.

— ¡TIA! — grita emocionado Aegon mientras se despega de los brazos de su abuela para correr a los de Laena.

La mayor recibe gustosa al pequeño niño entre sus brazos, lo llena de mimos y besos sin parar pues hace tiempo que se extrañaban.

— Mi pequeño dragóncito de mar estás cada día más grande. — lo apartó un poco para examinarlo con su mirada cargada de dulzura. — Ya eres todo un jovencito. — sus ojos se aguaron.

— Yo siempre seguiré siendo tu niño consentido Tia. — la abrazó.

Rhaenys río ante lo dicho por su amado nieto, Aegon caminó con tranquilidad tomando la mano de ambas mujeres para adentrarse hasta el enorme castillo en donde tres guardias los esperaban para escoltarlos. High Tide era cálido, las suaves olas del mar chocaba en los muros exteriores que daban vistas hacia el acantilado profundo, con tonalidades azules oscuras y una que otra zona clara era algo que Aegon amaba ver desde el balcón de sus aposentos. El pequeño desempaco con rapidez pues desea ver la llegada de su abuelo Corlys en el puerto y escuchar sus historias en las ciudades libres, además de ver lo que esta expedición le traería como obsequios pues no era por presumir pero, con solo nueve con el nombre era casi tan rico como el señor de un gran casa.

𝐄𝐋 𝐏𝐑Í𝐍𝐂𝐈𝐏𝐄 𝐐𝐔𝐄 𝐃𝐄𝐁𝐈Ó 𝐒𝐄𝐑.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora