Aegon II Targaryen, el primer vástago del rey Viserys Targaryen y su esposa, la reina Alicent Higthower.
Aegon, "EL USURPADOR" "EL BORRACHO" fue el triste legado que dejó sin precedentes. Una lágrima salió apresurada del rostro del joven rey cuand...
¿Qué es el amor? ¿Qué es el sacrificio? Rhaenyra pensó para sí misma mientras alisaba la larga falda de su vestido. El hermoso color violeta de sus ojos hacia juego con joyería, el bordado delicado de las mangas en tonos de color oro era simplemente magnífico.
Por un momento se detuvo y suspiro, quizás en otra vida estuviera en alguna de las ciudades libres viviendo una vida diferente si hubiera aceptado la propuesta de Ser Criston de vender naranjas y pelear como mercenario por un par de monedas insulsas. — Que infamia. — pensó nuevamente con desprecio para reírse por lo bajo y salir de la habitación.
Los vítores, gritos y aplausos de la gente se podían escuchar a medida que Rhaenyra avanzaba, la mujer colocó una sonrisa al sentir las cálidas manos de su Segundo hijo y primer hermano, Jacaerys y Aemond se aferraron a la joven heredera, ambos niños rieron con picardía después de causar revuelo en la cocina real.
— Ustedes dos, ¿qué travesura han hecho? — pregunto la mayor con un rostro serio.
— Nada, Nyda.— contestó con rapidez el pequeño Aemond. — ¿Velda, Jace? — lo palmeó.
— Si, si, si. — sonrió nervioso Jacaerys para luego negar con su cabeza.
Rhaenyra río por la complicidad de su hermano e hijo, pero su sonrisa fue nula cuando escuchó los gritos molestos de Brhia, la cocinera. Ambos niños se miraron uno a otro, rieron sin control para después correr tomados de la mano.
El noveno onomástico de Heleana y Aegon se estaba celebrando, durante los cinco años anteriores la familia real había recibido la bendición de un nuevo miembro, el pequeño príncipe Daeron Targaryen llevó al mundo en completo silencio, a penas pudo gestar un sonido pues dormía plácidamente todo el tiempo.
El mismo rey fue quien ordenó siete días de celebración en honor a la llevada de su segundo hijo varón, se dice que el niño gozaba de excelente salud, con cabellos platinados, ojos violetas y piel lechosa, un digno Targaryen a los vista y percepción de todos. Jacaerys y Visenya había crecido, los mellizos eran un caos para todos los sirvientes en Reed Keep, en especial cuando Aemond se unía a ellos para hacer alguna travesura.
Rhaenyra aprecio con gran ternura la cara de felicidad de su pequeño Aegon, el cual tenía entrelazada su mano izquierda con la de Heleana. Ambos niños reían y compartían miradas cómplices, disfrutando de cada una de los combates que se desarrollaban en honor a su onomástico. La heredera tomó su lugar junto a su amiga, la reina Alicent le dio una cálida sonrisa para juntar sus manos.
