"EL PRÍNCIPE DEL MAR ANGOSTO."

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ᴍᴇ ᴅɪᴇʀᴏɴ ᴘᴏʀ ᴍᴜᴇʀᴛᴏ, ꜱᴜᴘᴏɴɢᴏ Qᴜᴇ ɴᴜɴᴄᴀ ᴀᴘʀᴇɴᴅᴇʀÁɴ, ᴄᴀᴅᴀ ᴠᴇᴢ Qᴜᴇ ᴍᴇ ʀᴏᴍᴘᴏ ʜᴀʏ ᴍÁꜱ ᴅᴏʟᴏʀ Qᴜᴇ Qᴜᴇᴍᴀʀ

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ᴍᴇ ᴅɪᴇʀᴏɴ ᴘᴏʀ ᴍᴜᴇʀᴛᴏ, ꜱᴜᴘᴏɴɢᴏ Qᴜᴇ ɴᴜɴᴄᴀ ᴀᴘʀᴇɴᴅᴇʀÁɴ, ᴄᴀᴅᴀ ᴠᴇᴢ Qᴜᴇ ᴍᴇ ʀᴏᴍᴘᴏ ʜᴀʏ ᴍÁꜱ ᴅᴏʟᴏʀ Qᴜᴇ Qᴜᴇᴍᴀʀ. ᴇʟʟᴏꜱ ɴᴜɴᴄᴀ, ɴᴜɴᴄᴀ, ɴᴜɴᴄᴀ ᴀᴘʀᴇɴᴅᴇʀÁɴ.
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La capital retumbó cuando el rugido de varios dragones estremeció el corazón de todos los presentes en las calles. Rhaenyra Targaryen, la heredera al trono de hierro había regresado a King's Landing sobre el lomo de su dragona Syrax, quien ahora era llamada "La furia dorada."

Los vitoreó a de la gente eran audibles hasta la gran fortaleza de color escarlata, "la delicia del reino" dio dos vueltas junto a su dragona sobre King's Landing, para luego aterrizar en Dragonpit.

Rhaenyra bajo del lomo de Syrax mientras cargaba a su pequeña hija, el cual rebosaba de felicidad en sus brazos, mientras que Aegon bajaba como todo un profesional del lomo de la dragona de su madre sin problemas.

Un par carruajes esperaba a la familia para escoltarlos hasta la Fortaleza roja, Laenor y Rhaenyra fueron los primeros en subir junto con sus hijos, los cuales no se despegaron de ellos en todo el camino. Aegon había notado el vientre de su madre, ilusionado por quien creería que nacería... Su pequeño y muy amado futuro hermano, Lucerys.

Rhaenys ayudó a su hija Lady Laena a subir al segundo carruaje, pues en sus brazos, la pequeña Baela descansaba plácidamente, el príncipe canalla cargaba también a su otra pequeña, nombrada Rhaena. Dos mellizas que poseían la belleza de su madre, pero el corazón indomable de su padre.

La comitiva de la reina los esperaba en las puertas de la fortaleza roja, cuando ambos carruajes llegaron a su destino y las puertas de estos fueron abiertas, pudieron escuchar el vitoreo de la gente de King's Landing.

— "ADMIREN LA OBRA DE NUESTRA SALVADORA, RHAENYRA, LA DOMADORA DE LOS CIELOS, LA PRINCESA GUERRERA." — fueron las palabras de muchos de los plebeyos de la capital, así como de muchos lores y ladys.

La reina reverencio a la princesa, Rhaenyra no pudo mantener el porte y se arrojo a los brazos de su amada amiga. Ambas se sumieron en una profunda burbuja de amor y hermandad, que todos quedaron cautivados. A excepción de una persona, Daemon Targaryen, quien miraba incrédulo aquello.

— Te extrañe tanto Nyra. — la Reina se aferró a su amiga sin recelo. — Rece cada noche por ti, los dioses me han permitido verte con vida y sana. — besó la frente de esta y la aprecio por unos momentos antes de separarse.

— Yo también te extraño Ali. — Rhaenyra se limpió las lágrimas que caían sobre su rostro para después dar una mirada a un par de pequeños inquietos que se escondían detrás de las faldas de la reina. — ¿Heleana? — la mencionada levantó su cabeza y sonrió con pena. Rhaenyra estiró su mano para que la pequeña la tomara y sonrió. — Estás tan grande y hermosa, mi pequeña princesa del sol y la luna. — la envolvió en sus brazo y besó su frente con ternura.

La pequeña Heleana sonrío al sentir los cálidos brazos de su hermana mayor, no pudo evitar oler el dulce perfume que emanaba de ella, olía a jazmín, carbón, y miel, sin duda alguna, juraría que así olía una diosa Valyria. Rhaenyra terminó de darle un beso en su frente para luego mirar al pequeño príncipe que estaba reacio a separarse de su madre, así que la princesa tuvo que ir hacia él.

— Tu debes ser Aemond, ¿verdad? — el niño asintió temeroso. — Soy tu hermana, me llamo Rhaenyra. — ella sonrió. — Soy la mamá de Egg, Jace y Vis. — dijo la heredera pues sabía por las muchas cartas que Alicent le enviaba que los hijos de esta llamaban así a sus hijos. — Traje algo para ti. — ella se aproximó al pequeño y sacó una daga de acero valyrio. — Cuando nacisteis te prometí que te dedicaría alguna de mis batallas, he traído esta daga con la que obtuve la primera sangre de un enemigo, espero que algún día pueda servirte para proteger al reino. — ella se la entregó al pequeño, el cual la miró con sus ojos iluminados de felicidad.

— Gracias Nyra. — expresó el pequeño su felicidad dándole un cálido a su hermana mayor.

La felicidad de todos se vio completada en aquel instante, la reina guió a la comitiva de la princesa heredera hasta la sala del trono, en donde el rey Viserys los esperaba impaciente. Cuando las puertas del salón del trono fueron abiertas, todos contuvieron sus bocas y su miradas se posaron sobre la heredera al trono de hierro y su familia.

— ¡ATENCIÓN! Su gracia, la princesa Rhaenyra de la casa Targaryen, heredera al trono de hierro, princesa de Dragonstone, la delicia del reino, domadora de cielos, la princesa guerrera, Su leal y futuro rey consorte, Ser Leanor de la casa Velaryon. Y sus hijos, los príncipe, Aegon y Jacaerys Velaryon y su hija, la princesa, Visenya Velaryon. — anunció Ser Erryk y todos hicieron una reverencia.

Rhaenyra caminaba con porte y elegancia, aún traía puesta su armadura, y una que otra gota de sangre se veía sobre el cabello y el ropaje de la joven. Todos miraron expectantes, pues sobre su cabeza reposaba la corona de madera con la cual había sido coronado como "Reina de los Peldaños de piedra y del Mar Angosto." La joven se inclinó ante su padre.

— Mi rey. — pronunció la joven. — Los peldaños de piedra y mi corona son suyos, majestade. — declaró.

Los murmullos no se hicieron esperar, todos pensaba que el rey estaría disgustado luego de las habladurías de que su hija se había autoproclamado "reina." Y eso claramente había sido susurrado por Otto Higthower, tanto para el rey, como para la corte. Pero la boca de todos, incluida la de cierto lord mano, quedaron cerradas, cuando el mismo Viserys bajo del trono de hierro y se arrodilló para abrazar a su preciada y amada hija.

— Mi preciada hija, ni todas las coronas o tesoros del mundo podrían ser igualados con el amor que mi corazón siente por ti. Me alegro que estes en casa de nuevo. — besó la frente de su amada princesa, para luego ponerse en pie. — ¡De Pie princesa! — ordenó el rey. — Nos honras con tu valentía, y el honor que le has traído a nuestra casa y al reino entero. Yo, Viserys, primero con el nombre, rey de los ándalos, los Rhoynar y de los primeros hombres, acepto con humildad tu presente. — el rey retiró la corona de la cabeza de su hija, pero todos miraron expectantes como este colocaba la corona en la cabeza de su nieto.

— ¡Salve su gracia! El príncipe Aegon de la casa Targaryen, segundo con el nombre, heredero al trono de hierro, futuro príncipe de Dragonstone, y príncipe de los Peldaños de piedra y del Mar Angosto. — el mismo rey reverencio a su nieto. Y con junto con él, toda la corte lo siguió.

𝐄𝐋 𝐏𝐑Í𝐍𝐂𝐈𝐏𝐄 𝐐𝐔𝐄 𝐃𝐄𝐁𝐈Ó 𝐒𝐄𝐑.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora