Ella es una existencia que prometió estar junto al Avatar hasta el fin de los tiempos.
- Mi nombre es Noa - dijo la joven de rodillas haciendo una reverencia.
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Narrador omnisciente
Después de aquel rayo de luz que se extendí hasta los cielos cerca de la tribu agua del sur, se pudo sentir un fuerte retumbar lejano. Pero no tan lejos del gran barco que se aproximaba.
Una joven emergió en una explosión de un géiser que se encontraba en el camino del crucero de la Nación del fuego. Se sabía por historias que había una existencia de menor poder pero parecida al Avatar, leyendas que pasaron de boca en boca y una que otra escritas sobre aquel acompañante fiel que siempre estaba al lado del maestro de los cuatro elementos.
En partes de la historia eran guías, amigos, compañeros de vida, hermanos, esposos o incluso simples conocidos. Estás existencias siempre estaban destinadas a encontrarse entre sí, y está no iba a ser la excepción.
Los tripulantes momentos antes de la explosión habían sido testigos de aquel géiser que emergió de la nada después de ponerse en marcha a la tribu agua, no pudieron parar hasta que estuvieron apunto de chocar y aquel montículo de hielo explotó evitando el choque. La joven portaba castaños cabellos ondulados y una capa blanca desgastada, por un momento sus ojos estaban iluminados mientras miraba aquel crucero.
- ¡Alto! ¡Alto! - ordenaba el principe Zuko al notar como está caía al suelo desmayada.
Sin poder defenderse la subieron y encerraron amarrando sus brazos para evitar cualquier movimiento que pudiera hacer al despertar.
Quizá fue el cansancio de lo vivido antes de congelarse o el hecho de haber "dormido" durante 97 años pero la joven no pudo despertar hasta el día siguiente solo para presenciar un desastre.
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