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Debía volver, lo sabía

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Debía volver, lo sabía. Los chicos ya habían regresado segundos antes, ella debía volver antes de que se dieran cuenta que no se encontraba en el campamento. Odiaba su sentimentalismo. Ver al pobre anciano tratar de que le devolvieran su bolso le calentaba la sangre.

Observó si no había nadie que la viera y bajo del árbol frente al anciano.

- ¡No me lastimes! - grito arrastrándose para atrás, quizá no debió aparecer tan cerca.

- Shh, shhh. No queremos que regresen - explico en voz baja agachándose. El anciano cubría su rostro, la voz femenina llamó su atención - vamos, lo llevaré cerca del pueblo - le ofreció su mano, él la miró aún temblando - Tranquilo, no le volverán a hacer daño - Noa esperó paciente hasta que aceptó su ayuda. Era una mentira no estaba segura si lo volverían a atacar, fuese o no de casualidad.

Con cuidado lo dirigió al pueblo, observando el camino esperando que ningún lacayo de Jet la vea. En cuanto dejó al anciano fuera de peligro corrió lo más rápido que pudo de regreso.

- ¿Dónde estabas? - pregunto Aang al verla, era obvio que revisaría su saco de dormir.

- Ayudando a quien lo necesita - Contesto con calma - debemos irnos.

- ¿Es por lo de Sokka? Jet ya nos explico, era un asesino enviado para eliminarlo - le contesto con una sonrisa.

- No, Aang. Ese pobre hombre estaba tan aterrado que no podría haber sido un asesino - explico agachándose ambos grises se cruzaron, siendo los de Noa más claros. Katara que había escuchado a escondidas se aproximó enfadada y apartó a Aang.

- Eso no fue lo que Jet dijo - afirmó sin dudar - aparté, ¡Tú no estabas ahí! Debemos ayudarlos, la nación del fuego puede llegar a quemar el valle - la nómada aire se levantó.

- Yo si estaba ahí, y aún así, porque a la nación del fuego le importaría demasiado unos chicos como para destrozar un valle completo - razonó Noa - podrían poner en peligro uno de sus pueblos, ¿No lo ves, Katara? Te está manipulando con su carisma, apenas lo conoces.

- A ti también te acabo de conocer - contraatacó Katara, la morena no se había dado cuenta de lo dicho hasta que Aang la reprendió.

- ¡Katara!

- Yo... - trato de hablar de nuevo ante lo que había dicho, la mirada de Noa no cambio. No se sintió mal en realidad.

- Me lo esperaba de Sokka, a decir verdad - suspiro - estaré con Appa si llegan a querer irse - entró a la habitación y tomo sus cosas sin decir nada, un tiempo a solas con Appa podría ayudarla.

El bisonte la recibió feliz con una gran lamida y jugueteó.

- Ajá, así que ese es el encanto - acarició al gran maestro aire - si das tanto amor, ¿Cómo es que puedes volar? - pregunto de broma - se supone que mientras más estemos separados de los deseos mundanos, más podemos controlar nuestro poder - se apoyó en el pelaje de Appa - ¡Eres tan suave!

Noa // Avatar la leyenda de Aang // Zuko Y Tú // ZukoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora