Ella es una existencia que prometió estar junto al Avatar hasta el fin de los tiempos.
- Mi nombre es Noa - dijo la joven de rodillas haciendo una reverencia.
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Narrador omnisciente
La de ojos grises estaba aferrada al anciano, sus ojos estaban inflamados y secos después de llorar.
- ¿Estás mejor?
- Si.
- No piensas soltarme, ¿Cierto?
- No por un rato.
- Entonces no queda más que hacer - el anciano la cargó para así caminar hacia una pared y abrirla con su tierra control, un pasaje secreto, desconocido para muchos, pero no para los mejores amigos. Ambos lo conocían a la perfección.
- ¿Que paso con Shui y Lee?
- Tuvieron un hijo.
- ¿Qué? Pero se odiaban entre sí - recordó Noa separándose un poco para ver de frente al anciano.
- Si, pero digamos que ya traían algo desde antes de que te fueras - explicó Bumi de forma graciosa. Noa no podía creer que él estuviera vivo todavía, su rostro había cambiado por la edad, pero comprendía que el era el único loco que los esperaría a Aang y a ella durante tanto tiempo.
- Tengo miedo, Bumi - acepto con seriedad.
- Una reina como tú es mucho más fuerte que el miedo - le respondió con su característica sonrisa.
- No soy una reina, ya te lo he dicho - la joven volvió a mirar el paisaje nocturno de Omashu - no soy reina de nada.
- Oh, yo sé que serás reina - afirmó el anciano - tal vez no hayas sido mi reina, pero estoy seguro que lo serás.
- Hmm - la joven seguía mirando el paisaje - quiero quedarme.
- No puedes quedarte - contesto.
- ¿Porqué?
- Justo ahora tienes a esos chicos preocupados - le recordó.
- Oh... Cierto - dijo recordando la mirada preocupada de Aang.
- Aparte, tu lugar no está al lado de un anciano decrépito como yo - dijo con una carcajada.
- ... ¿Nos volveremos a ver?
- Claro que no volveremos a ver - afirmó bajandola frente al cuarto donde estaban el equipo Avatar. El rey abrió el pasaje para dejarla entrar, justo como había dicho Aang y Katara la estaban esperando despiertos.
