Un Omega Diferente || Wattys 2021 ||

1.1

Aclaraciones:
[ —La historia es una novela fantástica,  inclinada hacia el género de aventura.
—Existe cierto grado de violencia física y verbal.
—La novela está dividida en Arcos, que a su vez se dividen en capítulos. El primer número de los capítulos, representa el número de Arco actual, y el segundo la parte del mismo. Existen algunos capítulos que presentan los mismos números, esto es debido a que fueron divididos en dos partes debido a la cantidad de palabras o al impacto que pueden haber causado al lector.
—Sabiendo esto, muchas gracias por elegir esta historia. Espero que les guste.]

Sueños y Preligros [4800 palabras]

El chico estaba distraído sobre su propio contexto, debido a que estaba atento a lo que discutían unos marineros. Esa misma distracción provocó que no se percatara que un hombre, alto y flaco, venía caminando justo frente a él. Esa persona tampoco lo vio y, por eso mismo, chocó contra el niño, causando que este cayera al suelo.

—Duele—. Mascullaba, mientras se sobaba la nuca, por simple nerviosismo, y la espalda baja.

—Oh, disculpa... me—. Se detuvo abruptamente mientras miraba al chico. Impresionado.

—¿Está usted bien?— Preguntó en susurro.

El hombre no respondió. Simplemente lo tomó del mentón mientras comenzaba a inspeccionar la cara del niño.

—Increíble, eres idéntico a alguien que conozco. Pero, es imposible. Él nunca me dijo que tuvo un hijo—. Susurraba, para sí mismo. —Niño, ¿cómo te llamas?—. Preguntó sutilmente.

El chico sonrió. —Gon Freecss—. Respondió con orgullo. —Usted... conoce a mi padre—. Sus ojos brillaban llenos de esperanza.

El mayor se sintió perturbado por lo expresivo del chico. Pero hubo algo que lo perturbó más; una brisa fuerte sopló los cabellos de ambos. Una fragancia dulce llenó los sentidos de todos los que estaban cerca.
—¡Un desacoplado!—. Gritó un hombre de dentro del barco, mientras que empujaba, sin tapujos, a otro tipo que, a su vez, respondió empujándolo también.

Se armó un gran alboroto a causa de ese aroma. Todos buscaban el dueño del mismo.

El pequeño niño no entendía el porqué tanto lío, mientras que el hombre frente a él no le quitaba la mirada de encima.

—¡Ah!—. Se asustó el chiquillo cuando sintió que con una capa lo cubrían del todo.

Trató de luchar contra su raptor pero le era imposible. Lo único que podía hacer era aferrarse a su mochila y esperar a que existiera alguna posibilidad para escapar.

El hombre abrió la puerta de su momentáneo hogar con una patada. Y, sin ningún tipo de cuidado, tiró al niño contra un sofá.

El chico luchó contra la manta, tratando de escapar de esa prisión. Cuando al fin pudo asomar su cabeza para ver donde estaba, sintió la mirada del hombre. Y notó como este se sentaba a su lado.

El niño tenía una mirada de genuina curiosidad. El hombre se preguntaba si el chico no tenía miedo y, también, si el chico tenía idea de lo peligroso que era el andar suelto por ahí.

Agarró el mentón del chico nuevamente y desvió su cara para tener un mejor acceso a su cuello. Inhaló profundamente, dejando que ese aroma inundara sus sentidos. No había ninguna duda. El chico era un Omega.