4.2.

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[3700 palabras]

—Gon, eres un Omega.

Killua había abierto la puerta con desdén. No creyendo que las feromonas que habían llegado a su nariz fueran de Gon. Pero viéndolo ahí, expuesto y asustado, no había dudas.

Gon sintió como sus piernas temblaban. Estaba débil; su respiración se agitaba. Se mordió los labios, sus lágrimas no dejaban de caer. Estaba asustado de sí mismo, y de la reacción que podría tener su compañero de viaje.

Intentó calmarse, en vano. No sirvió de nada. Levantó la mirada nuevamente. Estaba Killua, impactado, en la puerta, parecía enfadado. Lo estaba.

"¿Le siguen dando asco los Omegas?" Se preguntó Gon. Todo esto en un lapso de tiempo hipercorto. "¿O estará enojado por qué no le conté que soy un Omega?", se mordió el labio nuevamente. Estaba a punto de sangrar. Negó con la cabeza varias veces.

—Q-quiero seguir siendo tu amigo, Killua. Quiero poder verte en mi vida. Yo...

—Lo eres, ¿no?— Lo interrumpió. Lo miró a los ojos.

Gon tenía la visión nublada, borrosa, pero podía notar algo. Los ojos de Killua eran fríos como la nieve. Insensibles cómo un objeto. Gon jamás lo había visto tan enojado, nunca con esa expresión tan desagradable. Pensó que al pasar tanto tiempo con él, nunca le ofrecería una vista de su aura hostil y amenazante, se equivocaba.

Gon asintió con la cabeza mientras sus labios titiritaban. —L-lo siento—. Se disculpaba, aunque ni siquiera sabía por qué. Solo se disculpaba. Esperaba que una solución mágica cayera del cielo para aliviar sus penas. Pero eso solo era un deseo.

Killua negó con la cabeza, manteniendo su mirada firme y reacia en Gon. —¿Por qué te disculpas?— Preguntó, ahora si, enojado. Su voz traía amenaza e indiferencia pero hubo algo marcado, fue una voz de suplica. A su manera, como pidiendo por que Gon haga algo distinto a lo que pensaba que iba a hacer.

—N-no lo sé—. Dijo en tono de voz apagado y triste. El celo hace que los Omegas sucumban a sus sentidos a cambio de aprobación. Es algo natural dentro del género.

—Te pregunté, ¿por qué te disculpas?— Le repreguntó, tratando grueso. "Estúpido lobo interior asqueroso, déjame en paz". El lobo de Killua estaba mandando sensaciones asquerosas a Killua como castigo de su trato a Gon. Según él, lo estaba maltratando a alguien que se estaba ofreciendo.

[El lobo de Killua está enamorado del lobo de Gon, debido a que ellos si que interpretan bien el género de cada uno]

Gon no tuvo respuesta. Se quedó callado. Goncito mandaba sensaciones agradables intentando que Gon se calme, pero era imposible, no había nada que hacer. Para colmo, el no dar una respuesta, fue lo peor que pudo haber hecho.

—Tal y como pensé—. Sonrió con decepción, mirándolo con asco. —Pides disculpas solo porque soy un Alfa Puro—. Dijo con desdén. Gon pareció quedarse sin aire. —Eres igual a todos los asquerosos Omegas—. Cegado por su resentimiento, ahogó sus penas en un indefenso Gon, que pensó que se le acababa el mundo. Que se le iba su vida.

—Killua...—. Dijo triste, alejándose unos pasos hacia atrás, aún temblando.

Killua volvió a negar con la cabeza, poniendo una mueca de disgusto. Parecía que iba a hablar, pero Gon lo hizo primero.

—No sé por qué me disculpo, pero quizás sea porque no te lo había dicho—. Se explicó, hecho un desastre. Se miraban a los ojos, con miradas muy distintas. La de Gon era un esperpento, pero a su vez muy sincera: "me arrepiento".

Un Omega Diferente || Wattys 2021 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora