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Natural [4400 palabras]

A la mañana siguiente, Alluka y Gon abandonaron el comedor rumbo a su primera clase. El moreno estaba preocupado por no haber visto a Killua, mientras Alluka trataba de calmarlo.

—Mi hermano es enemigo de las mañanas; a él realmente le cuesta levantarse—. Rio bajito. —Siempre tiene pesadillas y por eso nunca duerme mucho.

—Cuando yo tenía pesadillas, Mito se acostaba conmigo y me cantaba una canción. Tal vez eso es lo que necesita Killua—. Sonrió de medio lado.

—¡Puede ser!— Apoyó con entusiasmo la idea del moreno. —Mi hermano solía dormir conmigo cuando tenía miedo, pero ahora ya no—. Ambos estaban sonriendo.

—Bueno, quizás yo podría dormir con él. A cambio de calmar sus pesadillas, yo seguiría viviendo con ustedes. Ya sabes, como un agradecimiento—. sonreía contento, restándole importancia.

—Lo que necesita Killua es que dejen de hablar a sus espaldas—. Interrumpió Killua, un poco nervioso.

Ambos jóvenes saltaron sorprendidos.

—¡Killua!— dijeron al unísono.

—Sí, sí... Ya basta de hablar de mí—. Ordenó, empujando la espalda de ambos. No quería que vieran su leve sonrojo. —Bien, aquí es su primera clase. Nos veremos al almuerzo—. Dijo, incómodo.

Y, de forma tan inesperada como llegó, se fue. No pudieron decirle nada porque justo tras ellos iba el maestro y dio por iniciada su primera lección.

A la hora del almuerzo, los morenos estaban pacientemente esperando al albino

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A la hora del almuerzo, los morenos estaban pacientemente esperando al albino. Ya tenían sus bandejas con comida y una mesa para ellos. Se iban a sentir mal si empezaban a comer sin el más alto, por lo que esperaron pacientemente. Por suerte, nadie trató de sentarse con ellos.

Killua entró al comedor, buscando con la mirada a su hermana. La vio cerca de una gran ventana, sentada junto al moreno. Pese a que todo el comedor estaba rodeado de alboroto y risas, parecía que una extraña calma rodeaba a la joven y a su amigo. Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios del albino. Despacio, se acercó a su hermana.

—Alluka—. susurró, una vez estuvo cerca.

—¡Hermano!— Exclamó la ojiazul, abrazándolo.

Ambos morenos lo miraron con una gran sonrisa, consiguiendo que el albino se sintiera nervioso.

—¿Qué tal su primer día?— Preguntó, desviando la atención.

—¡Muy bien! Tuvimos clases con el señor Satotz y nos enseñó algo de historia—. Comentó, alegre, la ojiazul. —¡Hermano, siéntate!— La joven se sentía feliz de volver a ver a su hermano y quería contarle todo lo que habían hecho.

Se escuchó un pequeño carraspeo.

—¡Cierto! Quiero que conozcan a mis amigos—. Dijo Killua, cambiando de tema. Ambos jóvenes lo miraron, sorprendidos. —¡Ey! ¿Por qué esas caras? ¿Acaso no creían que podía tener amigos?

Un Omega Diferente || Wattys 2021 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora