CAPÍTULO 40

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♡ Capítulo dedicado a mis lectores favoritos: Sonialataza1 , mili_blink , samuel-belmonte , InoRudra

ERIKA

Mamá seguía muy débil como la encontré ayer, pero por lo menos durmió bastante anoche.

Necesitaba asegurarme que comiera e hice unas tortitas con frutas y miel de desayuno. Yo me comí unos cuantos y dejé suficientes para ella encima de la mesa, así lo verá.

No tardé mucho y llegué temprano al instituto. El profesor todavía no había llegado, por lo que todo el mundo estaba de pie y hablando.

Miré a mi lado y no pude evitar pensar en lo mucho que lo extrañaba, lo odiaba pero a la vez lo quería. Tal vez de alguna manera me caía bien.

— Ey, ey.— Sara me llamó la atención — ¿Dónde estabas?¿Es cierto que te habías enfermado? Le pregunté al director y él me dijo que tus padres le habían dicho eso.

— No, luego a la salida te cuento.— miré a mi alrededor — Aquí no es seguro.

— Mala, no me dejes con la intriga.

Se escucharon pasos que provenían de los pasillos y cada uno echó a correr a sus asientos.

Estaba tan cansada que me dormí durante las tres clases seguidas y no me enteré de nada, hubiera seguido durmiendo el resto del día si no fuera porque Sara me pegó en la cabeza, ni el timbre lo había escuchado sonar.

—¿Qué pasó?— caí en la cuenta de que todo el mundo estaba saliendo de clase con sus almuerzos — ¿Cómo que me dormí? ¿Qué voy a hacer con los exámenes? No me he enterado de nada.

— Eso te pasa por dormir en clase.

Fuimos las últimas en salir y me percaté que Ángel no estaba con nosotras, se había ido a jugar con otra gente a fútbol.

— ¿Qué hace que tu novio no está con nosotros?

— Ex.— aclaró Sara.

— ¿Qué?— quedé horrorizada — ¿Cómo que cortaron?

— Lo siento, pero tuve que cortar,es un diablo en realidad.

No me lo podía creer, si ellos cortaron, ¿cómo volvería a creer en el amor?

Sara se disculpó para ir al baño y alguien vino por detrás para decirme algo en la oreja:

— Ey, te he echado de menos.

— ¡Daniel!— mi rostro se iluminó como un faro en medio de la oscuridad.

En cuanto me di la vuelta, mi sonrisa desapareció, convirtiéndose en una mueca de asco.

—¿Qué cojones?— empujé a Kevin lejos de mi cara.

— No te hagas la dura ahora.— se rió de mí — Aquí todo el mundo sabe que llevas mirándome el culo durante cuatro años, por dios.

— Mira, te voy a ser sincera.— me encaré con él — Sí, honestamente te he estado mirando el culo durante cuatro años. ¿Pero sabes qué? Tenías un culo tan horrible que me cansé y empecé a odiarte.

Se echó a reír y por sorpresa me acorraló contra el árbol que tenía detrás mía, pero le empujé hacia atrás.

— Por favor, si mientes al menos miente bien.— acercó su cara casi rozándome la nariz.

—¿Qué? — lo volví a empujar hacia atrás — ¿Les tratas a todas así para que te dejen comerles la boca?

Me empujó contra el árbol y no me dio tiempo a darle un puñetazo en la cara porque me cogió de ambas muñecas.

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