CAPÍTULO 32

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SHARON

Nos paramos frente a una de las mansiones más ricas.

Llamo al timbre y nos abre la puerta el guardia que la está vigilando.

—¿Quiénes soys?— nos interroga con la mirada.

— Buscamos a su hijo, Esteban.— le muestro mi pulsera que me regaló para que me dejaran entrar si algún día quería entrar a su casa — Soy una amiga suya y esta es mi acompañante.

— Pasen.— dice el guardia tras verificar mi pulsera.

Adentro nos esperaba el mayordomo y nos conduce hasta la sala de descanso donde estaba Esteban tomándose un café mientras escuchaba música de ballet .

—¡Ey!— pega un salto de alegría — Habéis venido, qué bien.

El mayordomo nos deja a solas tras ver que el hijo de su amo nos conoce y cierro la puerta.

— Cuánto lujo.— se sorprende Erika echándole un vistazo a su alrededor — Es muy bonita la casa.

— Gracias.— sonríe Esteban — Es debido a que mi madre es una exitosa modela y mi padre un gran comandante del ejército.

Apaga la música y nos invita a sentarnos en el sofá.

—¿Qué tal chicas?

— Bien.— afirma Erika — Venimos a que me cuentes un poco sobre ti.

Esteban asiente con la cabeza y nos sirve una taza de zumo de naranja antes de comenzar a contarnos si historia.

— Gracias.

Cojo el vaso y le añado una cucharada de miel, mi costumbre de siempre.

— Erika, como sabes, soy el guardaespaldas de tu padre.— empieza a contar Esteban.

>> Me llamo Esteban Adolfo y Forem dentro de la Shadow League. Desde pequeño he ido a gimnasia rítmica y estuve interesado en el ballet. Dibujaba en las horas de clase y aprendía medicina de mi abuela que es doctora. Gané la competición de gimnasia y mi foto salió por todos lados. Yo pensaba que sería el héroe de mi instituto, pero todo el mundo me tachó de marica. Terminé mis estudios e intenté entrar en una empresa, pero me rechazaron nada más ver mi currículum debido a mis gustos. Nadie me quería en ninguno de sus empresas, pero me llegó un mensaje del famoso detective Leeford pidiéndome ser su guardaespaldas cuando yo era todo un par de huesos. Él confió en mí y hasta hoy en día sigo siendo su querido guardaespaldas. Nuestro jefe de la Shadow League me presentó a mis compañeros y me convertí el enfermero del equipo.

— Gracias.— Erika se termina el zumo y me hace un gesto para irnos— Adiós, Esteban.

Dejo los vasos en el lavabo y el mayordomo nos acompaña de vuelta a la salida, nos despedimos con educación y vamos hacia la siguiente casa.

NOTA DE LA AUTORA:

Gente,estoy más feliz que nunca. Podemos llegar a las 400 leídas y ya hemos superado hace días los 100 votos. Gracias por leer y darme todo tu apoyo, os quiero mucho <33

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