CAPÍTULO 51

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ZERO

Volver a pensar en lo ocurrido me partió el corazón.

Sharon sacrificó su vida por el bienestar de todos, siempre supe que era la persona más fiel y leal a nuestro equipo y también a mí.

Recordar cuántas veces la rechacé se sintió como otra apuñalada en el corazón. Merecía una mejor vida, todo su vida fue llena de sufrimiento y que al morir sonriera de esa manera tan tranquila me hacía entender lo mal que sufría cada día.

Al final tuve que aceptar que su muerte no fue en vano y que lo hizo por nosotros y para descansar finalmente. Que descanses en paz, Sharon.

La señora Scarlett aún seguía intranquila al ver el estado de cada uno:

— Daniel, ¿por qué Erika no está contigo?

Joder, faltaba Erika. ¿A dónde se fue?

Maldita sea, le eché toda la culpa. Mi plan fue ideado con cautela, pero tenía muchas cosas que no calculé bien como por ejemplo esos profesores. Y qué idiota que fui, si hubiera sido yo ella también habría hecho lo que hizo ella porque no me gustaría que la mataran.

Le pedí disculpas a Lana y salí corriendo de la comisaría. Le debo unas disculpas de inmediato y espero que me perdone. Qué tonto que fui que le corté por algo que no fue su culpa.

Rastreé su móvil para saber dónde estaba y la dirección señalaba mi casa. ¿Qué hace ella allí? Claro, Kevin aún sigue suelto. Joder, seguro que llego tarde.

Ni si quiera tengo el coche que no furula para ir más rápido. Corrí más rápido hasta quedarse sin aire y llegué a mi casa que estaba completamente destrozada.

—¡Erika...!— grité con mis últimas energías.

— Dámelo.— escuché la voz de Kevin.

Entré por la puerta rota y casi me daba algo. Todo estaba patas arriba y destrozado, peor que cuando te asaltan una casa.

Vi a Kevin con unas hachas de la cocina seguir a Erika.

Cogí la sartén que había en el suelo y le pegué fuertemente en la cabeza dejándolo en el suelo tirado inconscientemente.

Erika se sorprendió y me miró asustada pensando que era otro delincuente. Al ver que era yo se sentó en el suelo aliviada y dejó caer la caja donde yo había dejado todas las pruebas.

— Perdóname.— me arrodillé y la abracé.

Ella me devolvió el abrazo y Chase también se acurrucó entre nosotros.

— De verdad Erika, estaba tan enfadado que ni si quiera pensé en lo que estaba diciendo.— la miré apenado a los ojos con toda la sinceridad — Gracias por salvarme antes en la azotea y ahora proteger algo que es muy valioso para mí. ¿Me perdonas?

Erika se rió y se secó las lágrimas que le rodeaban por la mejilla.

— Y perdón por haber cortado contigo.— la ayudé a levantarse del suelo — ¿Quieres volver a ser mi novia?

No hicieron faltas palabras para que me contestara. Sin que me lo esperara me acercó estirandome la ropa y unió nuestros labios. Fue mi primer beso y realmente tierno. Su tacto en mi piel hizo que se me erizara y le devolví el beso.

— ¡Guau!— el ladrillo de Chase nos interrumpió.

— Chase...— nos reímos ambos.

El perro estaba muy feliz meneando la cola y corriendo alrededor de nosotros.

La policía entró a la casa junto con el detective Leeford y se llevaron a Kevin. También les entregué todas las pruebas de todos los crímenes que cometieron.

Por fin todo ya se había acabado. Ya éramos libres.

Entre los tres alegremente nos dimos un abrazo y Chase se puso a dos patas para abrazarnos como podía.

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