ERIKA
Dormía tranquilamente hasta que unos gritos me despertaron.
—¡Ay Erika!— Lana me sacudió para despertarme —¡Ya son las siete y media!
Miré la hora y me levanté de un sobresalto.
—¡¿Qué?!— me había quedado dormida cuando sonó la alarma.
— Hija, tú ves a prepararte.— me lanzó el uniforme a la cama — Yo iré a hacerte algo de desayunar y el almuerzo. — me dio un beso en la frente y bajó a la cocina.
Sonreí de felicidad.
— Ay no, que estoy llegando tarde.
Me puse el uniforme como pude y me lavé los dientes mientras me cepillaba el pelo con la otra mano.
Bajé a la planta de abajo y mamá me ayudó a ponerme la mochila.
— Ten, come mientras vas de camino.— me dio en la mano una tostada de crema de maní — Suerte.
— Muchas gracias mamá.— terminé de ponerme el calzado y le di un beso en la mejilla.
Le di un mordisco a la tostada y salí corriendo de casa.
Por los pelos casi llegaba tarde, corrí por los pasillos mientras no me veía ningún profesor e ingresé por la puerta de clase.
Todo el mundo estaba en círculo viendo algo y tomándole fotos.
— Hay manchas de sangre por toda la clase.— me informó Tea.
— ¿Cómo?— no entendí nada — ¿Alguien se peleó?
— No no , ya estaba cuando llegamos.— aclaró.
Me acerqué al círculo y vi que había un gran charco de sangre en el suelo y algunas gotas alrededor. ¿Qué pudo suceder aquí?
— El profesor ya llamó a la policía para que investigaran esto.— añadió.
Ningún adulto llegaba y todos empezaron a saltar de alegría.
— ¡Eh!— Kevin llamó la atención de todos — Escapémonos, así nadie sabrá que nos falta profesor.
Empezaron a gritar de alegría y salieron corriendo por la puerta.
— Ven conmigo.— Tea me arrastró del brazo.
No vi por ningún lado a Sara, así que la seguí.
Me llevó frente a la puerta del despacho del director y a través de la ventana pude ver que el director Wilson estaba discutiendo algo con nuestro profesor.
— Por eso la policía no viene.
—¿Eh?— me quedé extrañada.
— El director no quiere que venga la policía para no armar ningún jaleo. Sólo quiere que la limpieza se encargue de limpiarlo y ya está.
No me dio tiempo a responder ni nada, otra persona me agarró del otro brazo estirandome hacia atrás.
— Ven.— volteé a ver a Sara — Tengo que hablar una cosa contigo. Y tú,— señaló a Tea— no me quites a mi amiga. Búscate a alguien con quien hablar sobre tus problemas anormales.
— Oye oye.— intenté que me escuchara— No te pongas así.
No me hizo caso. Me arrastró adentro de la biblioteca que no había nadie y cerró las puertas.
— Mi hermano está desaparecido.— soltó de golpe desesperada — Ayer dijo que salía y no volvió ni a dormir ni esta mañana.
—¿Y ya se los has dicho a la policía?— recordé que su hermano se llamaba Óscar y era un grandullón.
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ZERO
Teen Fiction¿Quién llegaría a creerse que me ocurriría una cadena de sucesos inimaginables? Teniendo un padre detective y un chico al que persigo alocadamente que me ignora las 24 horas del día ni me ha llevado hasta la situación que estoy ahora, sólo tiene un...