Parte 5

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-No lloraba por una chica, o sea si termine mi relación hace poco y aún estoy un poco confundido y triste y toda esa mierda pero no lloraba por ella... -dude en decirlo pero al final de cierta forma me sentía en confianza- era por mi madre

-¿Tu madre?... oh, lo siento- dijo apenada pero le regalé una sonrisa que intentaba decir que no debía preocuparse
-Murió hace un par de años, y ese día especialmente, la necesité más que nunca... desde que ella no está, todo se ha ido en pique
-¿Así que no hay una chica?
-Si, bueno había, pero ya no... larga historia - dije evadiendo el tema
-Ok, entiendo, al final son ausencias aunque diferentes, se sienten parecidas, supongo
-Al final, sea lo que sea, solo se que me siento solo...
-Y estando en la universidad, ¿quien no?- dijo ella regalándome una mirada de compasión
-¿Te pasa lo mismo?
-No, yo soy muy popular- dijo bromeando para después soltar una pequeña risa, la cual imite

Comenzamos a platicar de cosas diferentes, me contó que era la mayor de dos hermanos (contándola), había crecido en un suburbio a las afueras de Chicago, vivía con sus madre y en verano intentaba trabajar para ahorrar un poco de dinero y poder independizarse en cuanto saliera de la universidad.

Después de un buen rato, terminamos de comer y pedí la cuenta.

-Aquí tiene- dijo el mesero dejando lo que debíamos pagar en la mesa, __ estaba apunto de de tomarlo pero le gané
-Jeremiah... no- me dijo sería
-Yo de invite, además casi casi te rapte, ni siquiera te pregunté si podías
-Bueno ya había terminado lo mío, en realidad
-¿Y eso era...?
-Regresaba de correr - sonrió

En cuanto dijo eso me percaté de tu vestimenta deportiva, que era el único rastro de que había ido a correr porque de lo demás, se veía prolija.

-Ojalá yo me viera así después de correr - rei
-Bueno es que después de correr intensamente, me gusta caminar para que mi alma regrese a mi cuerpo- rio- ademas peine un poco el cabello sino parecería desquiciada  o algo así - ambos reímos
-¿Y ese era tu plan de viernes? - dije con un tono de burla amigable
- Así es, eso y lavar un poco de ropa, cosa que haré en cuanto llegue a mi dormitorio
- Somos muy diferentes...- baje la mirada apenado
-¿Volverás al bar?
-No, mañana tengo algo importante que hacer y prefiero descansar- apenas y le regale una sonrisa
-Bien chico- me sonrío orgullosa

Después de pagar la cuenta, caminamos al campus y acompañe a __ a donde su dormitorio

-Gracias por acompañarme- dijo __
-Gracias a ti, está es la segunda que salvas mi pellejo
-Suelo hacer eso - rio- nos vemos Jere

Nos dimos un breve abrazo y después camino hacia la puerta del edificio donde se encontraba su dormitorio, no sin antes decir

-Revisa tu bolsillo trasero y gracias, ¿ok? - entro rápidamente y no miro atrás

Desconcertado metí la mano a mi bolsillo trasero del pantalón y ahí estaba, su parte de la cuenta. Reí sorprendido porque no noté siquiera cuando lo metió pero al final ya era tarde para intentar regresarse lo así que camine a mi habitación a intentar descansar un poco antes de encontrarme con Laurel.

A la mañana siguiente, después se alistarme, me dirigí a la dirección que Laurel me había enviado. Era un pequeño lugar en donde al parecer los almuerzos eran la especialidad. Al entrar la pude ver en una de las mesas con la mirada enfocada en su café mientras le daba vueltas con una pequeña cucharada.

Camine hacia donde ella y en cuanto estuve lo suficientemente cerca, alzo la mirada, se levanto y dijo.

-Jeremiah- sin dejarle decir algo antes, Laurel se levanto y me abrazo fuertemente, algo que definitivamente no era muy usual en ella, pero que sin duda por la forma en la que lo había hecho, le hacía falta y a decir verdad, a mi también. Estar cerca de ella era de cierta forma estar cerca de mamá otra vez.

El verano que lo cambio todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora