Parte 34

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En cuanto escuchamos el auto alejarse Conrad y yo nos miramos, no dijimos nada, no era necesario, yo solo podía pensar en que __ nos había escuchado y que eso habría cagado todo aquello y Conrad pensaba lo mismo.

Sin decir nada Conrad se dirigió al lavadero y abrió el grifo del agua, a continuación puso la mano sangrante bajo el chorro para tratar de enjuagarse y hacer que parar.

-¿Sigue sangrando mucho? - me acerque delicadamente, él no me miro pero si respondio
-Si, creo que necesitaré puntadas

No dije nada, me aleje, tome una escoba y un recogedor y comencé a barrer todos los pedazos de cristal que había en la cocina. Cuando termine me levante como sin saber que hacer (tal vez porque en efecto no sabía) y espere a que Conrad cerrará el agua y me mirará.

-Vamos - sacó las llaves de su auto y me las aventó- llévame  al hospital y después puedes ir a buscar a _ a donde quiera que esté

No dije nada, solo asentí y salí tras de él de la casa, me subí a su auto, esperé a que el se subiera y ya con el cinturón colocado encendí el motor no sin antes caer en cuenta que __ no sabía manejar y que en ese momento mientras yo me encontraba ahí ella podría estar volteada sobre la carretera y si eso pasaba sería todo mi culpa.

Lleve a Conrad al hospital y aunque insistí en quedarme con él, este se negó, lo cual agradecí pues en ese momento solo quería saber dónde estaba __.

Conrad bajo del auto no sin antes decirme que me llamaría en cuanto saliera de urgencias. En cuanto lo vi entrar a la sala del hospital arranque el automóvil tan rapido como me fue posible y me dirigí en camino hacia donde __ se encontraba.

Estuve dando vueltas por todos lados en el auto, atento para ver si veía un rastro de ella, pero nada. Por una parte me tranquilice por que sabía que si algo le hubiera pasado, en un lugar como Cousins, ya lo hubiera sabido, sin embargo, mi deseo por saber que estaba bien era más grande que cualquier otra cosa.

Conrad me llamo para que regresara por él al hospital y yo seguía sin tener señales de __.

-¿Aún nada? - dijo mientras se subía al auto con una venda en la mano afectada
-No...-dije tenso- ¿estás bien?
-Si, solo fueron 3 puntadas, nada grave

No dijimos nada más, encendí el motor y nos dirigimos a casa en silencio. A medio camino, cuando mi corazón comenzaba a rendirse y antes de que la noche llegara por completo divise mi auto a lo lejos, o más bien Conrad lo hizo.

-Ahi está tu auto Jer...- dijo Conrad señalándome en la dirección donde este se encontraba aparcado

No dije nada, solo frené en seco y me quede con las manos pegadas al volante como evitando despegarme de donde estaba.

-Ve...- me animo Conrad- yo llevo este auto a casa
-Pero estás lastimado...- objete como un niño espantado
-Estamos a menos de 5 minutos, estaré bien- me animo

No respondí, solo le ofrecí una pequeña sonrisa sincera y tras un minuto dudoso, me desabroché el cinturón y me baje del auto.

Mientras me dirigía hacia donde __ escuché el auto de Conrad alejarse y ahí supe que si quería huir era tarde, debía afrontar la situación.

Para ese momento sabía lo que estaba pasando, sabía en qué me había equivocado, sabía porque __ estaba molesta, sin embargo, no terminaba de entender que haría o que diría pues lo que había dicho no era mentira, éramos solo amigos.

El verano que lo cambio todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora