Parte 8

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Era viernes por la tarde, había terminado mis deberes de la universidad, y aún me quedaba un poco de ropa por lavar, pero después de ahí, no tenía más planes.

Desde que había llegado a la universidad, y tras el primer año tan difícil que había atravesado, yo misma me había limitado a que mis planes de fin de semana fueran tranquilos, muchas veces siquiera sin salir de la habitación y ese día no era la excepción.

Después de un par de horas más, decidí dejar lo que estaba haciendo y dedicarme a por fin descansar. Empecé a buscar en tiktok que peli ver en alguna de las plataformas de streaming que tenía, después de mucho scrollear, di con una historia de amor, de esas que son demasiado cursi pero que aún así deseas verla porque es la única forma en la que puedes vivir dicho sentimiento.

No era una persona de salir con chicos, yo misma y tras varios intentos fallidos había puesto estandares que no iba a romper por nadie y que eran la única forma en la que aceptaría estar con alguien más.

Después de buscar la película, decidí ir a mi cajón de las golosinas y buscar que era lo que me acompañaría esas dos siguientes horas, pero descubrí que no había nada, por un momento sentí ira porque sabía que mi compañera de cuarto los había robado, y si no era ella, había sido su estupido novio, sin embargo, estaba lo suficientemente agotada para no discutir y solo ir a comprar más a alguna tienda que estuviera cerca de la universidad.

Tome mi bolso, me puse mis sandalias Adidas y me dirigí hacia el supermercado más cercano al campus, después de una hora y media (porque a decir verdad me encantaba dar vueltas y ver lo que los múltiples pasillos ofrecían en cuanto a producto) decidí regresar a mi habitación.

Estaba checando algo en mi celular esperando a que la luz roja cambiara a verde y así poder cruzar la calle, de pronto, cuando comencé a caminar con intension de llegar al otro lado de la acera sentí una mirada que me hizo voltear, y ahí estaba él y sus inconfundibles ojos.

Jeremiah era un tipo que había conocido de la manera más random posible, se veía que era una persona que cargaba con mucho y de cierta forma eso me recordaba un poco a mi. Sin pensarlo demasiado, corrí a saludarlo y ver qué hacía.

Una parte de mi quería saber si se encontraba mejor, y no porque me importara, pues para mi era un completo extraño sino porque yo sabía lo que era sentirse solo y eso era algo que no quería que incluso él, un completo desconocido, sintiera.

Hola Jer, ¿Que haces?...- dije asonando la cabeza por la ventana abierta del lado del copiloto, pero enseguida pude ver que la pregunta era algo tinta pues se notaba afligido e incluso malhumorado

En ese momento el semáforo cambió a verde, algunos autos comenzaron a pitar, voltee la cabeza hacia donde los cláxones sonaban y después mire el semáforo, estaba apunto de irme cuando Jer dijo.

-Súbete- más que indicarme, casi sono más a una orden, pero no proteste, rápido subí al auto, me puso el cinturón y arranco como si tratara de huir de algo o alguien.

El verano que lo cambio todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora