Parte 2

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-Me quieres explicar, ¿Que mierda paso ayer? - dijo serio y apenas abriendo la boca
-No me case - respondí con un tono irónico mientras caminaba hacia donde él
-Eso ya lo se Jeremiah- su enojo y confusión se notaban en su voz- pero, ¿Qué pasó? Te apoye todo lo que pude...
-Te regresare todo el dinero - dije recargándome en la encimera frente al desayunador - cada centavo tendrás de vuelta
-No es eso - su voz cambió por un tono que expedía compasión- pero...
-¡No entiendes nada!- dije alzando la voz- Regresarte ese dinero es para mi dejar toda esta estupidez atrás, así que no pienso discutirlo- estaba por irme de regreso a la habitación cuando mi padre me interrumpió
-Se veían muy enamorados- dijo como si cuidara cada palabra mencionada
-¿Enamorados?- caminé de vuelta a él y me paré frente a donde estaba sentado, acción que hizo que el también se levantara- no sabes de lo que hablas, tu no entiendes que es eso... ¡ME ESTABA CONVIRTIENDO EN TI! - grite

Vi el semblante de mi padre endurecerse, se puso la mano en la cintura y me miró contundente

-¿De que demonio hablas?
-LA ENGAÑE PAPÁ, ENGAÑE A BELLY- grité mientras mis ojos volvían a llenarse de lagrimas, pero antes de que pudieran comenzar a salir, me limpié con el interior del brazo y me alejé de mi padre- sin darme cuenta... estaba haciendo lo que tú le hiciste a mamá... pedirle matrimonio fue un intento estupido de convencerme que yo era diferente a ti, que yo si podría comprometerme con alguien de por vida - mi padre me miraba atónico- pues vaya que la cague...

No dije nada más, me di media vuelta y me dirigí nuevamente a mi habitación, no quería hablar más del tema y menos con él.

1 mes después

Había pasado ya un mes desde aquella boda fallida, un mes en que no sabía nada de mi padre o de Conrad, de Belly o su familia, solo tenía a mis hermanos de la fraternidad, quienes se empeñaban en llevarme de fiesta o a beber para distraerme, cosa que funcionaba.

Llevaba ya un mes bebiendo cada fin de semana, de viernes a domingo, de 7 días de la semana, al menos 3 dormía acompañado. Mi vida definitivamente no era lo que había imaginado hace unos meses pero me sentía cómodo con ello o al menos no me sentía solo.

Eran como las 3 de la mañana del sábado, aunque no estaba muy seguro, salí del bar apenas pudiendo caminar, sentía que todo se movía y todo se veía bastante desenfocado, de la nada las lágrimas comenzaron a brotar.

No se como, no puedo recordar, pero en un abrir y cerrar de ojo me encontraba frente al edificio donde se encontraba la fraternidad, en donde se encontraba mi dormitorio. Saqué las llaves del bolsillo de mis jeans para abrir y dormirme de una puñetera vez, pero entre mi obvio estado de ebriedad y las lagrimas, hacerlo parecía toda una aventura.

Cuando por fin logré sacarlas, no podía introducir la llave a la herradura, lo intente muchísimas veces hasta que la llave se me resbaló de las manos, lo que hizo que me frustrara y me pusiera a llorar aún más.

Me agache para recogerlas pero hasta eso me estaba resultando imposible, iba a patearlas cuando alguien se acercó.

-Hey, hey, espera- se acercó a donde las llaves y las levantó- yo te ayudo- estaba por abrir la puerta cuando me senté en el piso y me eche a llorar - ¿Te puedo ayudar en algo?- me dijo con tono comprensivo

-No, no hay nada Que puedas hacer- dije limpiándome las lagrimas- no se porque lloro- intente parar pero fue inútil

-Sea lo que sea que te pasa, de esta forma - me señaló refiriéndose a mi evidente estado etílico- no lo vas a resolver

-Es que justamente nada puede resolverle, pero de esta forma al menos no pienso en ello- dije con una risa ironía al final

-No es verdad, al final mañana despertaras con una resaca del demonio, con menos dinero en la cartera y pensando en eso que te hace mal, justo como lo haces ahora... solo prolongas el momento pero no lo evitas- dijo seria pero comprensiva

-Es que la extraño...- mis ojos comenzaron a aguarse- me hace mucha falta... la necesito- termine por echarme a llorar una vez más

-Al final, creo fielmente que las ausencias siempre tienen un motivo de ser y el que te duela tanto solo significa que hubo mucho amor de por medio

Al escuchar sus palabras, mis lágrimas se cortaron de golpe, volteé a mirarla y lo único que hizo fue regalarme una cálida sonrisa. No dije nada más, solo me levante y ella hizo lo mismo enseguida, tomo mis llaves y abrió la puerta.

En cuanto me las devolvió con otra sonrisa en el rostro y estaba por irse, la detuve.

-Muchas gracias- dije con voz suave y sincera
-Cuídate, ¿si?

La chica desconocida, retomó su camino no sin antes preguntarle su nombre

-Me llamó ___

Sonrió, dio media vuelta y continuó su partir.

Holaaaaaa, espero estén muy bien.
Recién termine de leer esta gran trilogía y se me ocurrió esta historia, pero que es de una historia sin lectores? Así que me gustaría saber que opinan? Les está gustando?

Bueno, espero poder leerlxs
Abrazos.

El verano que lo cambio todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora