Parte 40

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Después de que despegara mis labios de los suyos gracias a que el mesero nos interrumpió llegando con nuestra cena, nos miramos un momento, yo en lo particular sorprendida,  y después nos dispusimos a comer, sin decir nada, mirándonos nerviosos de vez en cuando.

En cuanto termine mi comida, me levante, no sin antes avisándome que me dirigía al baño, eso si, de forma muy breve y cortante. Al llegar al baño, me he hecho un poco de agua en la cara, pues seguía un poco aturdida de lo que acababa de pasar, algo que definitivamente no esperaba.

Cuando regrese a la mesa, Jer se encontraba pagando por lo que le sonreí y le indiqué que lo esperaba allá fuera, su cara fue de sorpresa pero en ese momento comenzaba a sentir que el cuerpo se me iba y para evitar un ataque de ansiedad tenía la necesidad de sentir el aire frío que me esperaba afuera del restaurante, así que que eso hice.

Al sentir el aire fresco golpear mi cara y dar una gran bocanada de aire, mi cuerpo comenzó a tranquilizarse, y mi respiración a normalizarse. Unos minutos después, Jer salió y me sonrió confundido y antes de que pudiera decirme algo, me subí al auto, esperando que entendiera la señal de que quería regresar a casa.

El camino me pareció eterno y fue tan silencioso que podía escuchar nuestras respiraciones. Al llegar a casa bajamos del automóvil y nos dirigimos a la entrada, Jer abrió y me dejo pasar, caminamos a la sala y nos sentamos en el sofá más grande.

-¿Quieres ver algo? - me dijo Jer tratando de actuar normal
-Mmm de acuerdo- dije sin mirarlo

Encendió la televisión y comenzó a buscar entre los canales algo que pudiéramos ver sin embargo comencé a sentirme mal nuevamente así que me levante de golpe.

-Estoy cansada, me iré a dormir- dije regalándole una pequeña sonrisa a Jer y subiendo a mi habitación sin mirar atrás.

En cuanto llegue, me quite la ropa, me metí bajo las sábanas, cerré los ojos y después de muchas vueltas tratando de encontrar la forma de dormir perfecta, me quede profundamente dormida.

Al día siguiente me desperté justo al amanecer, lo cual me pareció lógico después de haberme ido a dormir mas temprano de lo habitual. No tenía ganas de dejarle ganar la batalla a mi ansiedad y fijación este día así que sin pensarlo me puse ropa de ejercicio y salí a correr a la playa.

Estando ahí, con el sonido de las olas rompiéndose mi mente comenzó a tomar forma, mis pensamientos dejaron de sentirse pesado y entonces sentí todo claro, sentí que ahora sabía lo que debía hacer con lo que pasaba entre yo y Jeremiah.

El verano que lo cambio todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora