Parte 16

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Los primeros tres días me la pase dándole vueltas al asunto, tratando de entender si mis conversación se había vuelto aburrida o si había alguno de mis mensajes había cerrado la platica, pero no, estábamos teniendo una conversación bastante amena cuando de pronto dejé de recibir respuesta.

Trate de dejar de sobrepensar lo cosa que funcionó dos días más, pero cuando se cumplieron los 6 días sin respuesta, más que pensar en que ya no había querido contestarme, tal vez existía la posibilidad de que algo le hubiera pasado.

Pensé en mandarle otro mensaje pero creí que si algo le había sucedido, tampoco me contestaría aquel otro, así que comencé a pensar que opción era mejor ante el escenario en el que me encontraba.

Era viernes por la noche, y después de hacer ejercicio en el gimnasio de la universidad, me puse los audífonos, me puse mi hoddie y salí en dirección a mi habitación. Ese día había estado muy tranquilo y enfocado en lo mío, pero de pronto recordé donde estaba el dormitorio de __ y me percaté que no me encontraba tan lejos de el. Así que sin detenerme a pensar mucho en aquella idea, me dirigí a donde se encontraba su dormitorio.

Camino allá, me entraba el miedo por averiguar que algo malo le hubiera pasado, que haya tenido otro ataque de ansiedad o algo peor, pero también me daba un poco de vergüenza solo parecer intenso y hasta stalker,  pero mis ganas por saber si estaba bien, eran más grande, así que continué.

Al llegar, me percaté que había un gran obstáculo entre mi objetivo y era el que no sabía en qué dormitorio podía encontrarla, nisiquiera sabía si estaría ahí. Me quede al rededor de 15 minutos afuera esperando que como por arte de magia ella apareciera pero eso no ocurrió, de pronto, vi a una chica salir del edificio y aproveché para preguntar si la conocía, ella me indicó que no pero que adentro en la pizarra había una hoja con los nombres de quienes ahí residían y su número de habitación.

Entre, cheque la lista y por fin pude ver que se encontraba en el tercer piso en el número 23, así que me dirigí allá.

Estando ahí, vacile un poco con tocar la puerta, estaba aterrado y un poco avergonzado, lo que hacía no era algo que Jeremiah, hiciera comúnmente, al final, me rendí, y decidí no tocar y regresar a mi habitación, pero de pronto la vi salir y sus ojos se cruzaron con los míos.

-¿Jer?...

El verano que lo cambio todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora