Parte 21

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Trate de que esa idea no invadiera mi cabeza, y fue imposible, esto se hizo más notorio al llegar a casa de __ pues en cuanto apague el motor y quite mis manos del volante para tomar mi celular y avisarle que había llegado pude sentir dolor en mis dedos, al parecer había pasado todo el camino apretándolos con demasiada fuerza al igual que mi mandíbula.

Una parte de mi quería regresar al apartamento de mi padre y evitar verme con Conrad (si es que estaba ahí), sin embargo, cuando vi a __ salir de su casa con todas su cosas y una emoción que indicaba que se había estado preparando mentalmente para dejar su casa antes de tiempo, descarte la idea.

-Hola- dijo feliz y emocionada
-Hola- le dije con la misma energía- permúteme bajarme a ayudarte

Salí del auto y ayudé a __ a subir todas sus maletas a la cajuela, después de unos cuantos minutos, ambos subimos al vehículo.

-¿Lista? - sonreí mientras encendía el auto
-Lista- me regreso la sonrisa

Emprendimos el viaje caminís a Cousins el cual era de alrededor unas 4 horas, que podían llegar a ser un poco más dependiendo el número de veces que nos detuviéramos.

En el camino empezamos a contarnos un poco de lo que habían sido nuestras vacaciones hasta el momento, yo le conté a __ de mis pasantías y ella de toda la comida casera que había comido durante sus días en casa de sus padres.

Después de un rato de ponernos al corriente __ y yo nos pusimos al cantar al ritmo de las canciones que sonaban del estéreo del auto.

Hicimos un par de paradas, una a ponerle gas al auto y otra más al baño y comprar algunos snacks y algo de tomar.

Después de un poco de 4 horas y media llegamos a Cousins. Pude ver la playa repleta de gente y niños correr por las calles y parques de aquel lugar. Antes de llegar a la casa, hicimos una parada para comprar comida y cosas que sabíamos que necesitaríamos. Despues, por fin estábamos en la casa de veranos que antes era de mis lugares favoritos.

-No me canso de ver lo hermosa que es esta casa- dijo __ maravillada
-Lo es- estaba nervioso, no quería aún entrar a la casa, no estaba listo
-Y bien... ¿entramos?

No dije nada, solo asentí. __ salió del auto enseguida, abrió la cajuela y  comenzó a bajar las cosas. Una vez que terminamos, tomamos todo y nos dirigimos hacia la puerta, __ iba delante de mi, yo camine lo más lento que pude como tratando de ganar tiempo, lo cual era estupido ya que el recorrido era mínimo. Una vez frente a la puerta, abrí despacio y entre precavidamente, __ entró detrás de mi.

-¿Hay alguien? - dije esperando respuesta
-¿Esperas a alguien?
-Emmm no...- dije nervioso- Bueno es que pensé que igual podría estar aquí Conrad, mi hermano- sonreí forzadamente
-¿Y por qué no le preguntas si vendrá?
-Es que no es bueno contestando mensajes ni el celular- mentí, ni había hablado con él desde lo que había pasado en la boda

Subimos las cosas, __ se instaló nuevamente en la habitación de Steven. Entre a mi habitación a desempacar mientras __ hacía lo mismo, después, según lo acordado, comeríamos algo, nos arreglaríamos para después ir a la feria instalada en el centro del pueblo.

Después de todo aquello, nos dirigimos por fin a la feria, el atardecer comenzaba a caer y en conjunto con el mar el paisaje se veía hermoso.  Al llegar __ se desapareció entre la gente, trate de seguirle El Paso pero me fue difícil, estuve buscándola como por 5 minutos hasta que por fin apareció.

-Toma- me dijo un helado- ahora vamos, corre
-¿Que pasa?- dije entre risas y sin entender mucho porqué __ me jalaba tan acelerada hacia una sola dirección
-Subiremos a la noria- dijo como una niña pequeña
-¿Y por que la prisa? - dije entre risas ante su emoción
-Porque tenemos el tiempo contado, debemos estar ahí en menos de un minuto para alcanzar a subir y estar hasta arriba justo cuando el atardecer comience a caer

No dije mas, caminé rápidamente hasta la noria, por suerte había solo un par de personas delante de nosotros y subimos casi enseguida.

Tal y como __ lo había calculado, al llegar a la cima el atardecer comenzó a caer y el paisaje fue maravilloso. Ni ella, ni yo dijimos mucho, ambos sabíamos que aquello que estaba presenciando era el inicio de un verano que nos cambiaría a los dos.

El verano que lo cambio todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora