12. Abogadita

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Narradora:

— Puras mamadas, Roier. — soltó el pelinegro.

— Cálmate cabron — soltó una carcajada —. Te voy ha acusar con tu novia la caga palo.

Susurro, ya habían apagado los dos, estaban pasando el momento y hablando de cualquier cosa y justo llegó aquel tema.

— Dios me libre. — junto sus manos como si estuviera rezando.

— Por cierto, ¿qué pasó, con la abogadita? — colocó su mano en su barbilla — ¿Ya no te molesta, mi amor?

Lo único que quería en ese preciso momento el pelinegro es no hablar de ella.

— Ya me da igual todo lo que tenga que ver con ella. — rodó los ojos con fastidio.

— Si me la presentas vas a ver qué te va ha dejar de molestar. — termino de decir y guiño un ojo.

— No mames. — rió bajo el pelinegro.

Sí, bueno. Su amigo de mandíbula definida no estaba al tanto que al de gorrito gustaba de la "abogadita" como ellos le dicen; ya la vio por fotos y para él está bastante guapa, es algo que ninguno de los dos pueden negar. La abogadita tiene sus encantos.

Pero tiene sus sospechas.

— ¿Quién es la abogadita, men? — llegó de repente el de lentes.

— ¿En qué momento, wey? — rió el de mandíbula definida.

— Aparece de repente este cabron.

Los tres terminaron por reír.

— Díganme wey, ¿Quién es la abogadita? — insistió.

— La mejor amiga del Quackity. — rió de nuevo Roier.

— ¿Ya tienes novia, mamón? — hizo su voz más grave.

— Nah, el Roier que se está inventando cosas.

— Ni tanto, dice que nada que ver con ella y no me quiere pasar su número — fingió llorar —. Ya aunque sea su instagram.

— Entonces si te gusta, wey.

Dio inicio a burlarse el de lentes hacia su amigo de gorro. Quackity no es de las personas que se abre fácilmente con los demás, mantiene muchas cosas en privado, ya es algo super importante saber que su amigo gusta de alguien. Tampoco van hacer que hable más, no quieren verse muy metiches en su vida privada.

— ¿Cómo me va gustar una persona como ella? — se quejó.

— Pues cuéntame, ¿cómo es? — pregunto el de lentes.

— Es que las personas como ella ya no cambian, se creé la última coca del desierto. — al de gorro no le quedó más que hablar bien de ella y tenía demasiadas ganas de hacerlo.

— Ah, es egocéntrica la niña — dijo con obviedad el de lentes. 

— Peor. — suspiro el de gorro.

— Tienes una foto de ella.

Claro, si va saber de aquel chisme que sea completo por lo menos, está haciendo una buena obra de caridad, está ayudando a su amigo desamparado, que no sabe si se siente atraído por la abogadita.

El de gorro termino por mándale una foto de ella, rápidamente el de lentes vio la foto.

— Está guapa la gringa. — soltó el de lentes.

— Lo que le sigue, Osvaldo. — hablo Roier.

— ¿De qué le sirve estar guapa si es de lo peor?

— ¿Neta, wey?

-𝐓𝐞 𝐍𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐨- (Quackity X Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora