-𝐓𝐞 𝐍𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐨- (Quackity X Tú)

3. Me he equivocado

______(tú):

— _____, ya tiene novio. — me atragante con la comida.

— ¿De verdad? — se interesó mi madre — ¿Por qué no me contaste, cariño?

Si está mañana no lo mate por molestar con Alex, ahora mismo lo hago.

— No sabe lo que dice, madre. — lo pateé bajo la mesa, al segundo se quejó mirándome mal.

— ¿Estás seguro, Joshua? — frunció el entrecejo —. Sigue llegando con el mismo carácter horrible.

Empezó a reír Joshua.

— No es gracioso, lo digo en serio. — rodeé los ojos.

— Todavía no tiene novio, pero pronto le voy a conseguir uno. — le guiño a mi mamá y ella solo sonrió con complicidad.

— Ya terminé, vámonos Joshua. — corrí a dejar los platos en el lavabo.

— Yo no he terminado. — se quejo.

— Lástima, por lento.

— No seas grosera, _____. — me miró mal mi madre.

— Tenemos que irnos — me acerque a ella y bese su mejilla —. Vengo después, yo sola.

— Por Dios, hija. — me abrazo y correspondí.

— Nos vemos luego. — caminé a la salida.

— Adiós. — se despidió Joshua.

— Adiós, hijos. — grito mi mamá.

Salimos y emprendimos camino a casa de Joshua.

— ¿Que harás con tu padre? — hablo Joshua.

— No tengo ni la menor idea, si tan solo yo no le hubiera hablado de Alex. — lo mire rápido.

Claro que me arrepiento, mi papá no tendría ni la menor idea de quién es Alex, pero me deje llevar por mi enojo hacia él, y aún así lo hubiera hecho de todo mi papá. No tiene nadie ni la menor idea de como es mi papá.

— No es culpa tuya, pero mejor te hubieras desahogado con tu mamá.

— Ya no hay vuelta atrás. — suspire.

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Llegué a casa, me bañé, necesitaba una ducha muy larga, tengo que pensar tanto, todo conmigo está mal.

— ¿En qué me metí? ¿Qué pensaba con decirle a mi papá? — dije para mí misma.

Solte un suspiro largo. Terminé de bañarme y salí con la pijama puesta, no hay más que hacer.
Y justo empezó a sonar mi teléfono, ya me imagino quien es, contesta a la llamada.

— Hola, papá. — saludé.

— Me alegra que vengas, pero me alegra mucho más que venga ese tal Alexis. — escuché su risa desde el otro lado de la línea.

— Papá — hable —. Justo de él quiero hablar. Alex no es una mala persona, al contrario es muy buena, y no creo que sea justo lo que llegu. — no me dejó terminar.

— ¿Me estás diciendo que te equivocaste? — su voz empezaba a ser dura.

— Yo... — no sabía si seguir — Sí, creo que me he equivocado.

— No podemos tener equivocaciones, _____.

— Solo digo que Alex no es como yo pen. — de nuevo no me dejó terminar y empezó ha alzar la voz.

— Eso no decías llegando a casa y diciendo que Alexis es lo peor.

Es que de verdad que soy estúpida, todo esto es mi culpa.

— Me equivoqué. — solté.

— Bien, acabas de aceptar tu equivocación. — ahora se lo que viene.

— Sí. — dije segura.

— Nos vemos mañana. — y sin más colgó.

Deje el teléfono a un lado, pase mis manos por mi rostro. No sé que voy hacer ahora, pero lo debo tener muy bien planeado.
Hice mis deberes, cene y dormí, no hay más que hacer.

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Terminé de alistarme, subí a mi carro y emprendí camino a la universidad, no sin antes pasar por un café, baje del auto y me adentre a la cafetería. Pedí mi café, y es ahí donde vienen las consecuencias de equivocarme en algo tan absurdo, no absurdo, sino que él se lo toma muy en serio, como si le hubieran hecho lo peor del mundo.

— Lo siento, no pasa su tarjeta, señorita. — sonrió apenado.

— Prueba con esta, por favor. — le di otra y tampoco.

— Ni una pasa.

Reí y suspiré.

— Que infantil, estúpida yo por depender de este viejo todavía. — dije para mí misma.

— ¿Disculpé?

Negué y le di dinero en efectivo, ya lo veía venir.

— Gracias, hasta luego. — sonreí y salí de ahí.

Llegué con Joshua y tire las tarjetas de crédito en su mesa, a un lado deje su café.

— ¿Ya las canceló? — pregunto divertido.

— ¿Tú qué crees? — me encogí de hombros.

— Está vez fue rápido. — tomo las tarjetas y me las devolvió.

— Necesito trabajo, Joshua — lo mire —. Consígueme uno de nuevo, por favor.

No es la primera vez que lo hace, de echo es la segunda vez que lo hace. Cuando tenía 18 años me equivoqué, acepte mi culpa, porque es mía y no de nadie más, ¿y que hizo mi papá? Cancelar mis tarjetas y hasta las de mi madre, no tuve de otra que conseguir un trabajo por mi parte. Se le pasó el berrinche casi un mes después, igual pedí disculpas, era demasiado ingenua en esos tiempos. Esta vez ni que se le pase por la cabeza que voy a pedir disculpas, a la única persona que debería pedirle disculpas es a Alexis y ya.

— Tranquila, puedes venir a trabajar conmigo. — me sonrió.

— Tiene que ser ya un trabajo estable. — suspire.

— Lo mismo dijiste la última vez y te sacó de trabajar tu papi. — rió bajo.

— Está vez va en serio. — respondí segura.

Cuando se enteró que trabaja en una cadena reconocida de hamburguesa y rápido le llegaron fotos mías con aquel uniforme me sacó, me regaño. Cómo su única hija no debía estar trabajando en un lugar así. Cualquier trabajo es honrado, mi papá es el loco.

— Ya era hora. — beso mi mejilla y tomo su café.

— En algún momento tengo que dejar de depender de él, lo haré por mi misma.

— Esooo. — aplaudió, llamando la atención de los que van llegando.

— Cállate. — susurré.

Justo va llegando Alexis Maldonado, y de nuevo mis manos empezaron a sudar frío, no me agradaba para nada. Vestía formal, se ve bien, tampoco es que se vea ¡ufff! ¡Que guapo! Pero está bien, está bien para ser él.

— Se ve guapo, ¿No? — se acercó a mi odio Joshua.

— ¿Qué? Claro que no, está como todos. — dije sin interes alguno.

— Sí como no. — rió.

— Seguro te llevo a tu casa. — advertí.

— Tranquila, traje el mío, ya presentía que ibas a volver a ser pobre. — le solté un codazo divertida.

— Eres horrible, Josh. — negué sonriendo.

No me voy a poner a llorar porque me cancelaron las tarjetas, ya me da muy igual lo que haga mi padre.

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Holaaaaa, ¿Cómo están? Espero que bien, ¿Qué les pareció?
Estos días no me he sentido muy bien, hay veces que la familia te abruma demasiado pero escribir y leer cada comentario de ustedes hace que me olvide de todo. Cuídense mucho, se les ama.
Byeeee.💗