-𝐓𝐞 𝐍𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐨- (Quackity X Tú)

39(1/3). Se libre

________(tú):

Nicholas venía detrás mío, pues me encontraba en el despacho de mi padre.

— _______, cálmate. — me tomo del brazo.

Me gire hacia él y alcé una ceja.

— ¿Qué me calme? — cuestione arisca —. Esta arruinando mi vida, Nick. — quite su mano de mi brazo.

— Solo mantén la calma, se que tu padre no es el mejor pero demuestra le que tú sí. — acarició mi cabello.

— Haré lo posible por guardar la calma. — suspiré.

Me aleje de él y seguí con mi camino. Obviamente no podía guardar la calma, ya estoy completamente harta de mi papá y sus pensamientos antiguos.

Abrí las puertas, rápidamente su mirada se poso en mí, apareció una sonrisa cínica en su rostro.

Él sabe a lo que venía.

— Hija. — formuló.

— Prometiste nunca más meterte en mi vida, ¡Y lo hiciste! — grite —. Deja tus amenazas infantiles para otra ocasión, amenazas a cada persona que me rodea. Eres una persona tan ¡Déspota y egoísta!

Amenazaban en salir las primeras lágrimas, pero me contuve, no voy a llorar enfrente de este señor que dice ser mi padre.

— Hago lo mejor para ti. — menciono.

Solté una risa seca.

— ¿No te cansas de decir siempre lo mismo? — le lancé una mala mirada —. Ahora entiendo porqué mi madre te dejo.

Su semblante cambio por completo. Había desaparecido cada pizca de diversión por una de enojo.

— No tiene nada que ver. — aclaro firme.

— Tiene mucho que ver — bufé —. Agradezco tanto que te haya dejado, no podría soportar verla con una persona como tú.

Se levantó de su asiento y se acercó a mí.

— Te recuerdo que te pareces a mí. — escupió con enojo.

— Por ello mismo voy a cambiar, no podría soportar ser como tú.

Tal vez me pasaba con mis palabras que decía, pero realmente ya estoy harta, siempre quiere influir en mi vida. No podía tampoco faltarle al respeto, sin importar que, siempre será mi padre y eso es algo que nunca va cambiar.

— Me imaginaba a Alex más astuto, pero es muy estu... — lo interrumpí.

Cada que le decían sus verdades cambiaba drásticamente de tema y es lo que más odiaba.

— ¡Basta! — alcé la voz —. No quiero más perder mi tiempo contigo. Déjame en paz, ya no te quiero en vida. — terminé de decir.

— Si eso quieres — se posicionó frente mío —. Olvídate del dinero y de mí. — me miró fijamente a los ojos.

— Perfecto. — sonreí de lado.

Caminé directo a la salida de su oficina.

— Habló en serio, _______ — aclaro —. Cruzas esa puerta y te olvidas completamente de mí. — volvió a repetir.

No pensaba desgastarme en él, no valía la pena que le hablara más. Saqué de mi bolsa sus tarjetas de crédito y las tire en el suelo, a pasos firmes salí de la oficina de mi papá.

Me importaba un carajo todo lo que tenga que ver con él, nunca va cambiar.

Escuché como tiró un par de cosas y unos murmullos.