CAPÍTULO 23: Adevarat.

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—Pensaba que estabais muertos.

La puerta se abre y una onda de calorcito nos invade.

—Por desgracia, no —Rich entra en la casa, los demás le seguimos.

—Perdona —Creils va tan elegante como la última vez que lo vi. Enchaquetado, con el pelo bien peinado y un cigarrillo entre sus dedos —. No recuerdo haberte invitado a mi casa.

Rich aprieta los dientes.

—No me hace falta invitación.

—Bueno, dormirás en el trastero.

Rich sonríe.

—Tu trastero es tres veces más grande que mi cuarto y cinco veces más ordenado.

Creils sonríe y asiente.

—No es complicado que algo esté cinco veces más ordenado que tu cuarto.

—Tampoco es complicado que...

—¡Suficiente! —Derek interrumpe la conversación. —¿Cómo va todo?

Le da golpecitos a Creils en el hombro.

—Bien —responde, seco.

—Está todo arreglado, ¿no? —pregunta Derek, mientras se quita los zapatos y los deja en la entrada —Volvemos a ser un equipo.

Creils niega con la cabeza.

—Obviamente. Si no, estaríais muertos.

La entrada está llena de pares de zapatos. Yo también me quito los míos; supongo que serán normas de la casa.

—Veo que hay más gente aquí —menciona Sam, que se ha dejado ver al fin —¿Los demás han llegado ya?

Creils tuerce la cara y mira a Sam fijamente.

—¿Quién eres? —pregunta, mientras le da una calada a su cigarro.

—Sam —responde mi amiga, tranquila.

—Es mi mejor amiga —añado, al no verlo convencido.

"Ahhhhh" Creils le tiende la mano a Sam, que la acepta, sonriente. "Los amigos de Freya son mis amigos. Eres bienvenida"

—Yo también soy amigo de Freya. —murmura Rich.

—Tú no cuentas —Creils se acerca a mí y me da la mano con familiaridad.

—Gracias por invitarme —me quito el abrigo y lo cuelgo en el perchero.

—Es un placer.

La entrada es genial, pero el salón es alucinante. No veo muchos lujos; es más bien cómodo, pero eso no significa que no sea precioso. El suelo es de madera, las paredes de "piedra" o al menos ese es el aspecto que dan. Diría que se parece al interior de una casa rural, pero esta es definitivamente mejor: Más amplia, más luminosa, más moderna y cómoda.

Pero lo mejor está sentado en el sofá marrón.

—Hola —Erik sonríe. Su nariz y sus mejillas están sonrojadas debido al frío al que deben de haberse expuesto.

—¡Chicos! —Juliet sonríe. Se levanta rápidamente, sonriendo.

Ambos nos envuelven a Derek y a mí en un abrazo cálido. El abrazo se hace largo, a todos nos cuesta alejarnos, como si no pudiésemos abrazarnos de nuevo en el futuro. Cuando el apretón termina, Erik y Derek se chocan la mano, sonriendo.

—Pensábamos que os habían atacado como a nosotros. —confiesa Erik.

—¿Entonces a vosotros también os han atacado? —pregunta Derek. —¿Hay algún herido?

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