Dominans |YoonMin|

💎 Diecisiete 💎

YOONGI

Estaba a punto de resignarme a que Jimin no aparecería esta noche en el club cuando lo vi entrar por la puerta, observando todo como si fuera la primera vez que venía.

Probablemente no deberíamos tener una conversación en este lugar, pero aquí fue donde empezó todo y hay algo que todavía tengo que mostrarle sobre lo que significa ser un Dom. La parte de mi que todavía no he podido enseñarle a nadie porque nadie se queda el tiempo suficiente y porque nunca me he sentido en la necesidad de dejar ver a nadie. La parte más vulnerable de ser un Dominante y que sólo podría mostrarle a la persona en quien confío.

Extrañamente, tuve la tarde entera para pensar en ello y sé que confío en Jimin y quiero que conozca todas las partes de mi.

Llegué a un acuerdo con la idea de que en el fondo de mi mente probablemente sabía que era él, aunque me las arreglé para disfrazar mi interés en el chico con la idea de que estaba frustrado con él por no rendir como se debería en mi clase. Saber o por lo menos tener una sospecha sólida del porqué de esa falta de rendimiento, junto a una pequeña investigación con sus otros profesores en el campus hace más fácil cambiar mi opinión sobre lo que sabía de Jimin y hace más sencillo también haber tomado la decisión de confiar en él de la manera en que él confió en mi antes de saber quién yo era. Confiar a ciegas no es algo simple y él lo hizo, ahora yo confiaré con los ojos abiertos.

Lo que resulte de esta noche podría cambiar todo en cualquier sentido, pero me voy a arriesgar a lo que sea. Por primera vez.

—Me alegro de que hayas decidido venir —le digo cuando me acerco a él.

No me responde, pero no me lo tomo personal. Puedo ver e incluso sentir el nerviosismo en él y es comprensible. La sensación de privacidad que le daba el antifaz ya no está, al menos en lo que respecta a mi.

—No... no vine preparado para una escena.

No me importaría menos si no viene preparado para una escena, pero me sorprende que sea eso en lo primero que piensa.

Sí, es un club BDSM, pero no todo son fustas, esposas y bancos.

Le doy un vistazo a su ropa y me quedo un poco hipnotizado. Me encanta verlo en ropa ajustada, con accesorios e incluso desnudo y de rodillas para mi. Estoy acostumbrado a verlo con sus camisas amplias y jeans holgados en la universidad, pero lo que trae puesto hoy lo hace ver simplemente adorable.

Pantalones chinos oscuros, zapatillas y un suéter de punto en color crema con las mangas recogidas hasta los antebrazos, dejando ver el brazalete de principiante en su muñeca, y el antifaz de seda negra alrededor de las suaves ondas rubias como el sol. No es un traje de cuero, pero se me hace sexy.

—No necesitamos realizar una escena amor. Sólo hablar —el apodo fluye con naturalidad. Sé que es Jimin, pero aquí y ahora, también es mi sumiso y así es como decidí llamarlo desde el primer día.

—Esto es raro.

—Lo sé. Créeme que lo sé. Sólo tenemos que hablar y si después decides que no quieres continuar con esto, si no quieres volver más al club y que yo actúe como tu Dom, lo entenderé.

—Señor Min.

—No. Aquí no soy el señor Min, pero si lo que te preocupa son las consecuencias para ti en la universidad, déjame decirte que nunca mezclo una cosa con la otra. No hasta ti, pero no voy a reprobarte en la clase si es lo que piensas.

—Pero no contesté la prueba y usted...

—Dejemos eso para después ¿De acuerdo? Sólo vamos a conversar.