JIMIN
Llevo casi una hora parado en la acera frente a la puerta de Dominans y simplemente no me decido a entrar.
No sé siquiera qué estoy haciendo aquí, solo que, después de contarle a Hoseok el ridículo de mi vida en la clase del señor Min que también resulta que es mi maestro, lo único que pensé fue en no volver a este lugar nunca más, incluso pensé que era mejor si dejaba la clase y me resignaba a abandonar la universidad. La vergüenza de todo cayó en mi como un aluvión, darme cuenta de que el profesor que según yo me odia por ser el peor alumno de su clase y el maestro que me ha hecho sentir seguro y me ha llevado a descubrir más de mi mismo de lo que sabía en todos mis años de vida son exactamente la misma persona no es algo fácil de procesar.
Simplemente no me he vuelto loco porque resulta que mi súper mejor amigo se rió y dijo que yo era un verdadero tonto por no darme cuenta antes de que el hombre detrás del antifaz no era otro que el señor Min.
—¿Cómo? —le había preguntado a Hoseok esta tarde en nuestra habitación de la residencia.
—Sólo se necesita un poco de curiosidad, Jimin. El anfitrión del club es el dueño y hay fotos de él en la página web.
—¿Eso qué?
La respuesta a mi pregunta llegó con una rápida revisión de mi historial de internet y una serie de conexiones en redes sociales que terminaron con una foto del tipo de los tatuajes y los piercings junto al señor Min.
Eso en sí no significa nada, pudo haber sido sólo una coincidencia, pero era una coincidencia muy grande y especifica si imaginaba al señor Min usando un antifaz. Fue un poco escalofriante que Hosoek siguiera husmeando en mi historial de internet o que haya stalkeado al club o más precisamente a su dueño. Yo podría haberlo visto caminar frente a mi y no lo habría reconocido.
Pero lo que me dijo Hoseok luego de hacerme ver como un tonto distraído es lo que me tiene ahora frente al club, tratando de decidir si debería entrar o no.
—El señor Min no te mintió, Jimin. Él no sabía que eras tú porque si lo hubiera sabido lo habría dicho antes. Lo hemos conocido por un semestre entero y no es de los que se andan por las ramas y lo sabes. Por eso es por lo que estás repitiendo su clase, y si fuera un mero juego para él, no habría actuado sobre tu ataque de ansiedad de esta mañana en clase. Te consoló, te dijo que no importaba la prueba y que lo resolverían y te espera esta noche en el club. No lo exigió, tampoco te dijo que lo dejaran. Él quiere esto y tú también, puedo verlo en tus ojos y si todo lo que me has dicho sobre esta cosa del BDSM y la conexión que es más que física, cómo te hace sentir después de cada sesión y el cuidado que te prodiga, puede haber algo más que sólo diversión y juegos kinky entre ustedes.
—Es mi profesor —fue todo el argumento que pude darle a Hoseok en ese momento.
—También es el mío ¿Y? una vez que apruebes o repruebes su clase no será más nuestro profesor si es lo que te preocupa. No es cuestión de ética porque ninguno de los dos sabía con quien ha estado sesionando. El señor Min no te ha tratado distinto en clase porque no sabía que eras tú.
—Es mayor.
—¿Cuánto? ¿Siete años? Es el profesor más joven de la universidad... Mira, no estoy tratando de empujarte hacia él si no quieres. Solo digo que le des la oportunidad de explicarse porque he visto el cambio en ti desde que empezaste a ir al club. Él te hace más fuerte. Y sí, pudo haber sido cualquiera, entonces podrías estar dándole la oportunidad a cualquiera, pero resultó que era él.
***
No me molesté en vestirme de acuerdo con la etiqueta del club. No hay cuero, ni cuerdas, ni arnés. Sólo el antifaz, incluso no me puse los lentes de contacto. No le vi el caso si no hay identidad que ocultar. No estoy aquí hoy para una noche de jugar o montar una escena. Se supone que vine a escuchar lo que mi maestro -el señor Min- tiene que decir.
Si logro armarme de valor para entrar.
—¿Vas a entrar chico? —me pregunta el hombre masivo de la puerta. Ese que tiene un muro por pecho y el semblante de un político. Una combinación extraña a mi parecer, aunque un poco sexy.
Debería irme.
No estoy listo para esto.
—Vamos, entra. Te están esperando y llevas como una hora allí parado.
—¿Me- me están esperando?
—Le perteneces a Min ¿cierto?
Jesús. Cualquier persona vainilla que escuche esa declaración se horrorizaría, pero la jerga en el mundo del BDSM es así. Un sumiso pertenece a un Dom si llegan a un acuerdo, si son exclusivos y solo cuando la relación D/s evoluciona gradualmente. No diría que le pertenezco a mi maestro porque él aun no me ha hablado de eso, aunque parece que hay quienes piensan que lo hago, como este hombre frente a mi.
Pertenecer a un Dom, al dominante oscuro, que ahora sé que es mi profesor universitario...
Y si todavía tenía dudas sobre que mi profesor es también mi maestro, la mención de su apellido las elimina.
Con un suspiro, doy un paso dentro del club. Supongo que debería al menos escuchar lo que el señor Min tiene que decir. Una parte de mi se siente burlada por toda esta situación, otra parte quiere ir allí y someterse sin importar quien sea él porque si en algo tiene razón Hoseok es en que he cambiado desde que empecé a jugar con él. La ansiedad no es lo que era antes, si dejamos de lado mi colapso en clases.
Otra parte, una muy pequeña, pero todavía presente, siente que, ahora que el maestro ha descubierto que soy su alumno más problemático querrá deshacerse de mi de alguna manera. No soy su alumno preferido después de todo. Podría no ser un aprendiz que valga la pena mantener.
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Dominans |YoonMin|
Fiksi PenggemarJimin tiene un problema de ansiedad por el estudio que le ha costado una clase reprobada y un curso extraordinario para poder recuperarla. Fuera de eso, siempre le ha gustado todo lo que tiene que ver con el kink. No lo ha experimentado, pero sabe...