💎 Diecinueve 💎

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JIMIN

Mi maestro aparece en mi campo de visión cuando abro los ojos apenas un poco. Se ve tan lindo con su traje a la medida y un par de gafas de montura negra, que casi se me olvida que estoy en mi habitación se la residencia y es de día. No fui a su clase y él está aquí en su ropa de trabajo. Sin antifaz. No es mi maestro, es mi profesor: el señor Min.

—Señor Min —jadeo con un sobre salto y me apuro a ponerme de pie, pero las náuseas todavía persisten y me tambaleo un poco hasta que el señor Min me sujeta suavemente y me ayuda a incorporarme. No debí comer esa segunda porción de pastel anoche tan tarde, pero me estaba muriendo de nervios por aparecer de nuevo en el salón de clases y ver a los ojos al hombre que me enseñó un nuevo tipo de dominación la otra noche y me hizo sentir demasiado vulnerable y demasiado seguro al mismo tiempo. El mismo hombre que me enseña sobre Administración y no he aprendido una mierda.

—Ey... tranquilo ¿Cómo te sientes?

Las manos del señor Min sobre mi se sienten cálidas y delicadas. Sigo pensando que es extraño y, sin embargo, se siente natural entre él y yo. Cuando cierro los ojos y la familiaridad de su toque me llena.

—¿Qué está haciendo aquí?

—Te hice una pregunta, chico. No me respondes a una pregunta con otra.

Oh. El tono es inconfundible y aunque me siento como un calcetín dentro de una lavadora, mi reacción instantánea es la obediencia. Ese comportamiento que en pocas semanas se ha arraigado dentro de mi, pero solo por él y por nadie más.

—Lo siento, señor —me disculpo en voz baja y viendo directamente a mi regazo. —Tengo un poco de nauseas, pero me siento mejor ¿Por qué está aquí?

—No llegaste a clase.

Me encojo ante el recordatorio de mi falta.

—Tu amigo fue a avisarme que estabas enfermo y ahora estoy aquí.

Miro alrededor de la habitación y veo a Hoseok sentado en una silla de espaldas a la cama, con el celular en la mano. Tuvo que haber salido mientras yo dormía para ir hasta el campus y excusarme con el señor Min.

—Lo siento —digo de nuevo.

—No es tu culpa haber enfermado, pero sí es mi culpa no haber pedido tu información de contacto. Habría estado más al pendiente de ti.

Aww... pensé que no lo había hecho para mantener una apariencia de profesionalismo que a mi me pareció bien. Nunca pensé que esto sucedería.

—Me perdí la clase y ahora tengo menos posibilidades de hacer algo para el examen de la próxima semana.

No respondo nada su declaración sobre estar pendiente de mi porque simplemente no sé qué decir.

—No te preocupes por eso. Ahora sólo tienes que descansar y recuperarte —el señor Min me acerca una botella de agua que está sobre la mesilla junto a mi cama y me ayuda a tomarla a sorbos antes de ayudarme a volver a recostarme sobre la almohada.

—Descansa —me dice. Y yo obedezco porque sé que es mi maestro cuidando de mi y no mi profesor. —Iré a comprar algo ligero para que comas cuando te sientas mejor y empezaremos a estudiar hoy mismo si te parece. Lo haré fácil.

—Gracias, Maestro.

Es natural hacer lo que dice. Me siento en la necesidad de complacerlo y me satisface saber que acatar simples comandos me hacen un buen chico a sus ojos. Me acomodo entre mis mantas y antes de volver a dormirme escucho un murmurado buen chico y un suspiro entrecortado desde donde vi a Hoseok sentado, tratando de hacerse invisible.

Dominans |YoonMin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora