Dominans |YoonMin|

💎 Diez 💎

YOONGI

No puedo creer el estado en el que estoy. Nunca me había sentido tan frustrado en mi vida y la sola palabra es un eufemismo enorme.

La última noche en el club, fue un completo desastre y si Jungkook decidiera que ya no me quiere en el espectáculo de las noches de antifaz no me sorprendería. Porque fue la peor de las puestas en escena que he realizado.

Aun cuando Kook me dijo que no necesitaba actuar, fui yo quien insistió en hacerlo, porque si bien no es un contrato, mis actuaciones ayudan a la popularidad del club y no podía simplemente dejarlo, únicamente porque un muchacho al azar con el que había jugado dos veces seguidas no había aparecido como lo esperaba.

Me obligué a subir, sin importarme la mirada desconfiada de mi amigo y traté de actuar con un chico que no era el lindo sumiso de cabello rubio dorado y lentes de contacto azules. En cambio, tenía frente a mí a un sujeto raro vestido con unos pantaloncillos de cuero y sin camisa que se veía demasiado áspero y demasiado grande para su diminuta ropa. Ni siquiera llevaba un antifaz adecuado, sino una máscara que pretendía imitar la de El fantasma de la Ópera y su cabello rojo manzana, descolorido no me gustaba. Pero no estaba para imponer gustos, sino para enseñar, aunque al tipo no había nada que enseñarle. Ni siquiera sabía lo que es una maldita fusta y aunque dijo que tenía tolerancia al dolor, al primer golpe con la punta del instrumento se lanzó a llorar y maldecir. Lo peor de todo es que se atrevió a intentar decirme cómo hacer las cosas. A mí. Él no tiene madera de sumiso y yo no tenía la presencia de ánimo para tolerarlo por demasiado tiempo.

Al final del espectáculo que pareció más bien un acto de payasos de circo, Jungkook subió y lo salvó todo, haciendo que dos personas más subieran al escenario con él y actuaran. Lo que no estoy seguro, es el tipo de rol que Jungkook habría jugado entre ellos, porque no me quedé en el club el tiempo suficiente para verlo, aunque me provocara curiosidad ver en qué tipo de rol está involucrado. Nunca lo he visto con un compañero, así que, por mi vida, no sabría decir si es sumiso o dominante. Del tiempo que llevamos conociéndonos, ha sido bastante vago en ese aspecto y me ha importado solo su nivel de conocimiento en el estilo de vida y su amistad sincera para sentirme cómodo y he sido bastante respetuoso de su privacidad.

Pero una vez más, tenía que estarle agradecido. La noche anterior me permitió tener mi propio espectáculo privado y luego, a la siguiente, salvó de un fisco total a su club mientras yo huía como un idiota sin darle un segundo pensamiento a mi teoría de que posiblemente el sumiso por el que me obsesioné más rápido que un adolescente hormonal y mi estudiante más desastroso podrían ser el mismo chico. Aunque, si por una mínima casualidad lo fuera ¿Qué se supone que haría?

El chico del club cumple con todas mis expectativas más básicas en cuanto a la dinámica, porque es fácil de doblegar, de enseñar, de moldear y yo, por naturaleza soy del tipo de hombre que siempre quiere que se haga lo que espero, pero me doy el tiempo de aleccionar a las otras personas, de hacerles saber cómo y por qué quiero lo que quiero. Y quizás, en parte, por eso es que me dediqué a la docencia en primer lugar porque me satisface que las cosas se hagan correctamente y me empeño en enseñar a qué me refiero con correcto.

Y luego, está Park Jimin. El único estudiante que recuerdo, al que no he podido enseñar, o que no se ha dejado en realidad. Desde el principio vi su comportamiento disperso y me frustré de inmediato con su incapacidad para aprender. Yo que he sido conocido en la facultad por ser un maestro estricto pero excelente, porque ninguno de mis estudiantes ha terminado un curso sin haber aprendido al menos lo básico. Excepto él. Park se convirtió en la piedra en mi zapato y molesta tanto esa piedra que he llegado a tenerlo al frente de mi mente en los momentos menos oportunos. Comparándolo incluso con el chico del club sin razón aparente.