Vladimir...
Voy al establo, la colección de caballos que tiene Anhya se ha hecho amplia. El potrillo de Tormenta llama mi atención, no me acerco mucho por no asustarlo.
_ ¿Cuánto por él? – le preguntó a Julián
_ No está en venta. Anhya se lo regaló a Dante. – De verdad me gusta ese equino. – El padre de Gibran mandó montar a una yegua muy fina. El semental que le pusieron uff es de los mejores ejemplares que he visto.
_ ¿Crees que lo quiera vender?
_ Quiere vender hasta la finca, pero no ha encontrado un buen comprador.
La idea de adquirir un predio como ese no suena mal. Sobre todo, si algún día tengo hijos. Vicky está aquí, que mejor que me contacte con su padre para hacer una oferta.
Platico con ella aprovechando que Camila está emocionada jugando cartas. El señor Covarrubias me da una cifra que puedo cubrir sin problemas. Pero no puedo comprarla y dejarla abandonada. Gianni parece haber escuchado la conversación.
_ Si quieres comprarla, podemos tirar la barricada que divide ambas propiedades. Hay suficiente personal para trabajar ambas tierras.
_ ¿Tu mujer estará de acuerdo?
_ Déjamela a mí, sé cómo convencerla – reímos.
_ ¿No estarás buscando embarazarla o sí?
Detrás de su risa hay una doble intención. El muy cabrón en serio quiere otro hijo. Frank se descuelga de los demás, se para a nuestro lado.
_ ¿De qué hablan?
_ Esté que quiere ir por el cuarto descendiente Bellucci Montalbán.
_ ¡Ah! Pues no es competencia, pero yo también me estoy aplicando. Quiero otro hijo con Lía.
_ ¡Carajo! – exclamo - ¿Es epidemia?
_ ¡Pues tu no cantas mal las rancheras! – suelta Gianni. – Anoche que pasé frente a tu cuarto, casi casi me caigo del susto. – Ambos se atacan de la risa.
El par de imbéciles que antes se llevaban mal, ahora se caen bien.
(...)
Solo tenemos está noche antes de volver a la realidad. La llevo al lago, el reflejo de la luna brilla en su máximo esplendor. Nos quedamos en silencio, escuchando el sonido de la naturaleza. Algunas luciérnagas destellan ante nosotros.
_ El señor Leroy me da mucha pena – dice de repente.
_ ¿Por qué?
_ Tiene una historia triste – asiento. – Ni siquiera pudo conocer a su hija. No sabe si está viva o muerta, si está bien o mal. ¿Te imaginas la angustia que vive a diario?
_ Es por eso que le presenté al mejor investigador para que pueda ayudarlo. Si él no lo logra, nadie lo hará.
_ ¡Ojalá y lo logre! Que la vida le haga justicia devolviéndole lo que perdió.
Le abrazo, me gusta su empatía con las personas a su alrededor. Es hora de ir a la cama y descansar entre comillas. Volveremos a la ciudad casi al medio día.
Los minutos se hacen cortos cuando estamos en la cama. Me encanta tener su cuerpo desnudo bajo las sábanas. Se acomoda para dormir y me da la espalda.
_ ¿Así quieres que duerma? – La pregunta no es porque se halla dado la vuelta, sino que tengo su trasero justo donde hay peligro y se acaba de dar cuenta.
_ ¡Vladimir!
_ Vladimir nada. Eres una tentación cariño. No soy inmune a ti. ¿No piensas dejarme así o sí?
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BELLUCCI, LEGADO DE UNA DINASTÍA (LIBRO 3) (EN EDICIÓN)
RomantikLa vida agitada, el constante peligro, las traiciones, hacen de Vladimir un ser desconfiado. No hay cabida para el amor, solo momentos efimeros que no lo aten a nada. Un accidente automovilistico pone frente a sus ojos a Camila Owen, pronto su mundo...