En multimedia, Vladimir Bellucci.
Vladimir
Abordo el jet privado bajo la atenta mirada de Donato. Toma el teléfono y, a quien sea que está del otro lado de la línea le susurra un "está en camino". Eso no es extraño, pero si el hecho de ser llamado por Alessandro Bellucci Conti, cabeza principal de la familia más importante de Italia, por quien entre al mundo de la mafia. Lo más curioso es que Lía, Frank, Gianni y Miller volaron días antes a Milán, y lo que sea que ocurre debe ser muy importante.
Por el altavoz escucho que hemos llegado. La pereza del sueño no me deja abrir los ojos.
- ¡Señor! Acompáñenos. - Despierto desconcertado al ver al grupo de seguridad de Piero Bellucci dentro de la aeronave.
- ¿Qué rayos está pasando? -susurro. Soy escoltado hasta una camioneta blindada con vidrios ahumados. Me hacen sentar en el asiento trasero con un guardaespaldas a cada lado. - ¿A dónde vamos?
- No tenemos permitido decirle señor.
Empiezo a preocuparme. Hasta donde recuerdo no he hecho nada fuera de lugar o puesto en peligro a la organización. Me mantengo en silencio esperando llegar a donde sea el destino.
Achino los ojos en cuanto veo el recinto oficial de los eventos de la mafia. Un fuerte dispositivo de seguridad lo rodea, ¿por qué?
- ¡Por aquí señor! - Me indican el rumbo al abrir la puerta. Me conducen por la parte trasera del salón hasta llegar a la habitación que ocupan los líderes italianos. - Su esmoquin está aquí, calzado y objetos personales acá. Tiene veinte minutos para cambiarse. Si necesita ayuda estaré afuera.
Sale sin darme oportunidad a preguntar que carajos pasa. Suspiro pesado. No entiendo porque me trajeron aquí. Opto por seguir instrucciones y cambiarme como me lo han aconsejado. Varios toques a la puerta y luego entra el mismo equipo de seguridad que me sacó del aeropuerto.
- ¡Síganos señor! - La formalidad no es algo usual entre compañeros.
- ¿Me van a decir que ocurre? - niegan.
Obedezco sin replicar, lo que vaya a ser que se cumpla de una vez.
Una larga mesa con todos los líderes de las familias de Italia. A la cabeza Alessandro Bellucci Conti, seguido de sus tres hijos, Alessandro, Luciano y Gianni. Si esto es una reunión de la mafia, faltan los dos descendientes más importantes, Lía y Piero.
- ¡Bienvenido Vladimir! Toma asiento. - Indica Alessandro hijo.
Las miradas no se separan de mí, obedezco sin saber que me espera. El sonido de la puerta lateral se escucha. Con disimulo miro de soslayo quien entra.
Lía y Piero vienen hacía acá. Ella trae consigo dos pequeñas cajas de madera en las manos y Piero sostiene una carpeta gruesa. Se quedan de pie junto a su abuelo. No tengo ni idea que demonios sucede, pero no estoy en peligro, eso es seguro.
- Te preguntarás que haces aquí. - Menciona el abuelo Bellucci. Muevo la cabeza sin emitir palabra. - Has demostrado ser un hombre de garra, leal y confiable. Hace 16 años salvaste mi vida. Fuiste pieza clave para recuperar a Anhya y darle Gianni la felicidad de hacer una familia con ella. Cuidaste la vida de mi nieta cuando querían eliminarnos. Pusiste en riesgo tu vida por honrar los códigos Bellucci y como eso podría enumerar muchas ocasiones que te has arriesgado por nosotros. Por eso hace meses puse sobre la mesa la intención de reconocerte como miembro de mi familia. - Quedo en shock. - Mi petición fue aprobada por cada miembro aquí presente.
- ¿Qué? - susurro en un hilo de voz.
- He hecho las gestiones obligatorias sin tu consentimiento, sin dejar de lado a tus padres. Vladimir Bellucci Novikov Riva, así serás conocido de hoy en adelante. Claro, siempre y cuando estés de acuerdo. - Piero abre la carpeta. El reconocimiento de hijo adoptivo de Alessandro Bellucci Conti queda a la vista. También está mi nueva partida de nacimiento, pasaporte, licencia de manejo, entre otras cosas. - ¿Qué dices hijo?
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BELLUCCI, LEGADO DE UNA DINASTÍA (LIBRO 3) (EN EDICIÓN)
RomantizmLa vida agitada, el constante peligro, las traiciones, hacen de Vladimir un ser desconfiado. No hay cabida para el amor, solo momentos efimeros que no lo aten a nada. Un accidente automovilistico pone frente a sus ojos a Camila Owen, pronto su mundo...