El desorden de emocionés que provoca tu sonrisa; lo que me haces sentir, la forma en que me miras; el contacto de nuestros labios, el caos que ordenas y lo bien que encajas en mi vida.
Un amor tan real, tan fuerte y tan bonito.
ᴇᴍᴘᴇᴢó: 𝟏𝟐-𝟕-𝟐𝟎...
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DOS DIAS, Dos dias habían pasado desde que la plateada sintió aquél poder, Dos dias desde que ella no mostraba nada más que una cara sería a cada parte que iba. El joven rey ya no sabía que mas hacer, intentó de todo para que su Guardia estuviera bien, claro que no interviniendo en su espacio personal o en sus cosas privadas, sino cosas pequeñas como hacer que una de sus sirvientas le llevará el desayuno a su Guardia.
Se iba a morir de nervios si lo llevaba por su cuenta.
O esperarla pacientemente hasta que ella volviera de cada misión que tenía con su escuadrón y darle un pequeño detalle, asi dándole la bienvenida de vuelta. Pero nada, nada habia cambiando, parecía como si todo estuviera retrocediendo de vuelta. De vuelta en donde ella solo asentía a cada palabra que salia de el o solo le dirigía la palabra cuando tenia algo que ver con el trabajó. Nada mas que eso y el joven pelinaraja se estaba desesperado, todos sus esfuerzos de antes se estaban yendo por la borda e no quería eso.
-Pero Majestad... -trató de convencer al joven ojimorado- Ella no lo va a tomar bien, usted lo sabé mas que nadie. -dejó una bandeja en la mesa superior del jardín en donde se encontraban ahora con las demás sirvientas.
-Lo se... -habló cabizbajo observando sus pies, estaba nervioso- Pero tomaré el riesgo de todo. -solto seguró con determinación e, eso hizo que varios de los que estaba ahi sonreían.
La sirvienta mayor no digo nada mas y asintió ante lo dicho por el Rey, yéndose de ahi para seguír con el desayuno que estaban preparando para El y para la guardia. Arthur había estado toda la noche pensando en que hacer para que la plateada le dirigiera la palabra, hasta que se le ocurrió hacer un pequeño desayuno especial para ella. Sabía que no lo iba a tomar bien pero como digo, iba a tomar cualquier riesgo tan solo para verla por lo menos un poco animada como antes.
Se acercó a una gran plata de flores Rosas, agarró unas tijeras para cortar algunas de esas para poder ponerlo en la mesa como decoración, esperando que a su Guardia le gustase. Acomodó varias cosas más para que quedarse bien ante sus ojos, observo el lindo jardín que daba el castillo de Camelot e no pudo evitar sonreí.
