2. pez gordo.

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Pez gordo.

Robert tomaba de su café mirándola en silencio, lloraba sin poder evitarlo el entendía el por qué pero prefería no meterse, sabe que perdería mucho más que dinero, Cristian era lo suficiente poderoso para destruirlo. Siempre se arrepentirá de ser ayudado por el, le saca en cara todo.

Renata se limpia las lágrimas que parecían mar, agradecía que Robert no hablara, los foldes los recogió y los tiro a la basura, no quería nada y no quería volver a pisar donde se encuentre Cristian, no sabía que era así, su ilusión era demasiada idealizada, ahora se derrumba como las lágrimas.

-No sé cómo ayudarte- Robert termina su café y lo deja en la mesa, pensativo- pero, en una semana el heredero de una fortuna, Dimitri vendrá a pasar unas vacaciones.

Renata lo mira curiosa.

-¿Quien es el?

-Es un ruso, se hospeda en el hotel de mi papá por qué está cerca de la playa y es.. su amigo.

-¿Por que me dices eso?

-No se- se ríe sin ánimo- solo.. no quiero verte llorar, eres muy bonita- sube las cejas y suelta un suspiro- te lo puedo presentar, ahí ya sabes lo que harás después.

-No necesito a un hombre para salir adelante- se anima y toma del café- ¿Por qué no te llevas bien con Cristian?

Robert no puede evitar mirarla mal y luego mira a otro lugar, jugando con la servilleta.

-Mmm.. Cristian suele ayudar a las personas, saca ventajas y dejas las empresas en banca rotas.

-¿Por qué hace eso? Se supone que es una alianza.

-Es un pez gordo- sube las cejas- ¿No te das cuenta que todas las empresas que se lían con el, terminan volviéndose pobres?

Renata no sabía que decir, Cristian no era capaz de robar por solo ser la mejor y reconocida.

-¿Que? ¿Osea que la mía...?

-Si, una firma es como tener control sobre lo tuyo- bufa enfadado- Cristian es demasiado inteligente como para meter su sentimientos, tiene mucha avaricia.

-¿En que te ayudo el a ti?

-¿En Que?- rueda los ojos y rompe la servilleta- cuánto tenía 21 años, el se casó con mi hermana Giselle y la obligó a firmar un par de papeles a mi me manipuló, quería ayudarme en la empresa y cuando tuvo lo que quería se divorcio de mi hermana, y se llevó la empresa con el.

Renata se quedó por segunda vez en silencio por esa declaración, osea que Cristian es tan ¿Avaricioso? hace daño a los demás, roba solo para tener más y más. Deja el café a un lado, Robert no levanta la mirada enfadado, solo rompía la servilleta tratando de aguantar la furia. Renata mira a su alrededor, las lágrimas se le habían secado, por eso:

Tanta admiración a alguien tan ladrón. ¿Tanto amor a alguien que no tiene corazón?

Sin embargo, Cristian Jones era todo lo que ella seguía deseando, es un antídoto y a la vez veneno, lo disfrutaba y el hacia sus ganancias detrás de su espalda, ¿Todo ese tiempo que estuvieron lejos del país Cristian estaba moviendo su empresa a su antojo? es un descarado, ¿Fue tan tonta? quería gritarle, pero sabe que caería con el solo poner un dedo en su piel, parecía una gata y el dueño de su mundo.

-¿Que podemos hacer?- Renata le pregunta con seriedad- no podemos con alguien. 

-Dimitri, puedes endulzarlo- Robert le sonríe- ya te rompieron el corazón una vez, la segunda vez sabras
controlar tus sentimientos.

Renata: creando venganza. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora