7. La carta

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Renata se encontraba en una reunión con los empleados, y demás empresarios. Había hablado mucho y, pero lo suficiente para que todos se alegraran mucho. Estaba arreglando unos papeles, cuando la puerta se abrió y sabe que la presencia de ese ser, estaba ahí. Trato de ignorar su corazón, pensando en que debe ir a más reuniones.

-Renata, me encantaría saber.. ¿Por qué razón tienes un acercamiento con Óscar?

Voltea a mirarlo y Cristian había dejado crecer su barba un poco, con un traje negro, considera que ahora su cabello había crecido de más y descansan sobre sus hombros.

-¿Por qué sigues llegando aquí como si fuera tú empresa

-Por que estás aquí, por qué haz sido mía.

Renata niega y firma un par de papeles para guardarlo en el folder. Lo mira fijamente.

-No somos absolutamente nada, puedo salir con quién yo quiera y, no soy nada de Óscar.

Cristian sentía una furia en todo su cuerpo, ya que, recuerda constantemente como había seducido a la ex esposa de Óscar, pero que Óscar se acercara de la nada a Renata le arde y quería mantenerla lejos de él, a pesar que ella lo odiaba con todo pero, lo amaba y eso Óscar no lo tendría nunca.

-Oscar es un aprovechado, te ve sufriendo por mi y hará lo posible para poder estar entre tus piernas.

Renata, se pone la cartera y quería mantenerse lejos de Cristian, pero, la tensión entre ellos sube como un volcán, algo que quería evitar.

-No me interesa Óscar, no me interesas tampoco tú.

-No es posible que me termines odiando tan profundamente.

-Lo que tú siembras eso cosechas y no me vuelvas a buscar, por qué te vas a hundir tu mismo.

Rodea la mesa y se dirige a la puerta, la abre y lo mira detenidamente.

-Ah, y también.. puedes irte.

Cristian entre cierra los ojos y se acerca a ella, la agarra del brazo y la atrae a él. Renata, volvía poco a poco a tener ese brillo, más hermosa y.. totalmente prohibida para el, otra vez.

-No te hagas la tonta, si intentas darme celos, la que vas a perder eres tú.

-Tu sabes que si logro darte celos, dudo que Óscar sobreviva.

Cristián sonríe y asiente, Renata se suelta de el nerviosa.

-Renata, tu estás más hermosa.. o solo es mi imaginación, pero, demonios.. deseo que me ames como hace 8 meses atrás- le cierra la puerta y se acerca a ella, que se aleja fríamente- Quisiera hacerte mía una y otra vez, no importa donde sea.

-Solo te interesa mi cuerpo, no buscas amor.

Cristian ni siquiera podía admitir que estaba sufriendo por ella, seguía siendo tan orgulloso y avaricioso.

-No sabes nada, no puedes hablar sin sentido.

-Tu eres quien habla sin sentido, por qué simplemente no te vas y me dejas en paz, obtuviste todo lo que quieres ¿Que más quiere?

El quería tantas cosas en esos momentos, pero, ahora quería mantenerla lejos de Óscar.

-Alejate de Óscar y no te volveré a buscar.

-¿Que te preocupa, te genera inseguridad Óscar Ruiz?- se ríe y se cruza de brazos con burla- no me digas, Cristian.

El la jala del brazo y la mira fríamente.

-No me mires con burlas, que muy bien no te queda.. no me genera nada de inseguridad, simplemente te protejo de el.

-Solo eres un egoísta, cierto.

El le mira los labios, estaba tentando cuando la puerta se abre y Renata lo despega, al ver a su secretaria con una carta, se acerca con una sonrisa fingida.

-Perdón, por interrumpir- le extiende la carta- Óscar Ruiz.

Renata asiente incómoda, Óscar se estaba convirtiendo en aquel tema que quería ocultar de alguna forma y la secretaría se va, guarda la carta en la cartera y siente como la voltea hacia el.

-¿Qué mierda te a mandado?

-No te interesa, no te debe interesar nada de mi vida o lo que suceda.

-¡Renata!- le grita asustando la y le aprieta los brazos conteniendo su enojo- dame la carta.

Niega rotundamente y se intenta soltar de el, pero Cristian es demasiado fuerte y grande, la pega contra la pared, le intenta arrebatar la cartera pero, recibe un rodillazo entre sus piernas provocando que se aleje.

-¡Lárgate de mi empresa o llamaré a la policía!

Cristian gruñe y se recompone, del dolor.

-¿Así piensas terminar todo lo que sientes por mí? ¿Por una miserable carta?

-¡Tu y yo! no tenemos nada, así que lárgate o.. será peor.

Lo amanezca seria o intentando no llorar, Cristian no dice ni una palabra y sale, conteniendo todo. Renata, respira hondo y se queda mirando a la nada, nerviosa. Saca la carta y la lee enojada, por que no quería saber ni de la existencia de Óscar, sin razón alguna.

"Renata, estoy encantado de invitarle a la reunión de mi amigo Toribio, muchos otros empresarios irán y sería..

Perfecto, que usted empezará a hacer alianza con algunos extranjeros, conmigo no, ya que me dejó claro que ni me quiere ver en pintura, pero, es lamentable que sea necesario que ambos entremos juntos a ese lugar

Óscar Ruiz".

Rueda los ojos y mira la gran ventana de cristal, si es por ella ignora esa carta pero, le estaba ofreciendo una oportunidad que no pensaba que tendría, guarda la hoja y sale del espacio de reuniones, no quería encontrarse con Cristian, pero al bajar por el ascensor y salir de la empresa, el estaba frente a su auto con los brazos cruzados mirándola fijamente. Trata de manejar sus emociones y camina directamente, a su auto. Cuando se acerca, el enojo fluye y ve una goma desinflada y que obviamente fue Cristian, voltea a mirarlo y está esperando que dijera lo que sea, pero, simplemente se quedó en silencio, no le y va a dar el gusto de que pidiera el típico "Llévame a mi casa, se me picho una goma".

-Renata, por favor, dame la oportunidad de hablar.

Lo escucha y aprieta sus puños, lo voltea a mirar con frialdad.

-Dime lo que sea, te daré 5 minutos.

-Es necesario que estemos en un lugar más tranquilo, donde solo estemos tu y yo.

-Te conozco- lo mira detenidamente- no me voy a quedar sola contigo, en ninguna parte.

-¿Que hay de malo que nos quedemos solo?

-No confío en ti.

-Tienes miedo de mi.

Ella si, si sentía miedo de lo que sea que pasará entre ellos en la soledad, por qué a pesar de que el le hizo todas esas cosas, seguía la chispa de deseo y más fuerte que la anterior, tenía miedo de que si el logrará hacerla suya volviera a sentirse miserable.

-No tengo miedo de ti, no creas que por pichar una goma voy a acceder.

-¿Ah no?- mira a su alrededor- ¿Acaso crees que hablas con un hombre tonto?

-Cristian.

-¿Que?

Renata estaba cansada del día completo y verlo a él, le agotaba más.

-¿Donde quieres hablar conmigo?- el sonríe satisfecho- que sea en un restaurante o en un parque, por qué no me quedaré sola contigo.

Cristian, asiente. Por qué sabe, que ella no era de decisiones rectas y con un toque, se va a derretir tanto como el. Pero, ese no era su objetivo, quería recuperarla..

Renata: creando venganza. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora