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Me levanté desubicada solo vi a Eric dormido boca abajo y yo con el bañador aún puesto. Necesitaba saber que había pasado ayer.

-Eric-ni me respondió-Eric levanta

-Para un día que no tengo que madrugar, me levantas a las...-miró la hora en su móvil-...8 y media?

-¿Que pasó anoche?-le pregunté.

-Nada-dijo-o eso creo, de eso se acordarán Javi y los otros.

Y se volvió a dormir, cayó rendido a la cama, dormía como un tronco. Me quité el bañador y me puse y vestido naranja.

Bajé y estaban los chicos.

-Buenos días-entró Hamza a la cocina-vaya cara traes niña.

-No me digas?-ironizé.

-¿Dónde están los otros?-levantó los hombros en señal de no tener idea.

-Son las 8 de la mañana y me apetece de todo menos estar despierta.

-Son las 11, no las 8.

-Joder, me dan ganas de dormir otra vez-se escuchó la voz de Eric por las escaleras.

-Duerme más que un perezoso-habló Hamza a lo que yo me reí.

-Te doy la razón.

Se abrió la puerta y eran los tres que faltaban.

-Cambiaros que nos vamos al puerto.

-Ni siquiera hemos desayunado-me senté en la silla del comedor.

-No te preocupes-sacó una bolsa otra bolsa con café y tortitas y fui directa a ella.

-Te debo la vida, Javi.

-15 pavos que me e gastado.

-Me los he gastado yo, ya que no te has llevado la cartera irresponsable-habló Martí y le dio una colleja.

-Dejaos de tonterías y desayunar.

Subí a la habitación y me cambié.

Me puse el bañador y un vestido blanco y las sandalias, cogí mi bolso y bajé.

-Aitana nos vamos-escuché una voz que provenía de abajo.

Bajé y llamamos a un taxi para que nos llevara al puerto.

-Como que no hay taxis? Como voy yo al puerto con mis amigos?-le hablé al taxista desde el móvil.

Colgó.

-Esto es el colmo, ahora qué?-les pregunté.

-Podemos ir andando-habló Eric.

Todos miramos a Eric y negamos con la cabeza.

-O vamos a pie-hablé.

-Buena idea-dijo Javi.

-Si lo dice Aitana si, lo digo yo, pasáis-se quejó Eric.

-Eso es, te pasas por el forro lo que te dice una persona y ahora dice otra persona lo mismo y te parece buena idea-habló Martí.

-Eso no ayuda.

Llegamos después de un buen rato andando.

Nos montamos en el barco y soltamos la cuerda para ir al mar.

Dejé mis cosas y me quité el vestido y lo metí en el bolso. Fui hacia Javi que estaba mojandose los pies en el agua y me senté a su lado.

—Oye Javi—giró su cabeza hacia mí en señal de que me había escuchado.

noche de Ibiza-Eric Ruiz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora