Sirius, la Omega

Al salir de clase

¿Tú sabes ese momento muy borracho que te imaginas con tus amigos como sería el mundo si un acontecimiento histórico hubiera (o no) sucedido?

¿Qué hubiera pasado si Grindelwald estuviera en el poder del mundo mágico? ¿Qué sería de los muggles? ¿Qué pasaría si el hijo de Mussolini hubiera ascendido al poder en la italia mágica fascista? ¿Habría sido como su padre muggle? ¿Qué hubiera pasado si Marie Curie hubiera tenido magia? ¿Habría llegado antes el concepto de "nuclear" al mundo mágico o habrían sido igual de escépticos?

Son cosas que con dos cervezas de más la gente plantea.

En algún universo alternativo, un planeta Tierra de otra dimensión, alguien dijo ¿qué pasaría si Sirius Snape, neé Black, tuviera la capacidad de quitar puntos en Hogwarts?

Bueno, pues él sabía la respuesta.

Su esposa estaba en la puerta de su próxima clase, Huffelpuff y Gryffindor de sexto. Iba vestida como una bruja, porque en cuanto se puso su ropa corta muggle, McGonagall le echó una bronca sobre el decoro y sobre "una cosa es enseñar muslo y otra contar las estrías de tu trasero" a Sirius, que prácticamente se encogió en la silla como su tuviera de nuevo quince años. Oh Merlín, fue tan divertido.

Se acercó a ella, y ella le dedicó una bonita y cálida sonrisa- Buenas tardes, Severus.

-¿Dónde has estado desde la hora de comer?

Ella levantó su dedo, coronado con una uñas pintadas de azul con pedrería falsa pero brillante- Tengo un plan perfecto, para el tema de los que intentan ciertas... "cosas"- Levantó una ceja pero no dijo nada- No seas tan escéptico, hombre de poca fe.

-Te conozco desde hace más de veinte años, no es poca fe, es experiencia en Sirius. Si fueras una asignatura, tendría Matrícula de Honor en ella.

La mujer se rió- ¿Flor favorita?

-Tulipanes.

-¿Comida favorita?

-Espaguetti a la boloñesa. Excepto si estás aquí, que es la crema de champiñones con trozos de queso y pan.

Ella sonrió más ampliamente- Por eso me casé contigo.

-¿Por qué soy capaz de recordar la frase "Santo cielo, Severus, ¿te he dicho alguna vez que los tulipanes son mi flor favorita?". Sí, debo ser el culmen de los maridos- Rodó los ojos.

Ella volvió a sonreír- Muchas personas son incapaces de recordar cosas así, señor sarcástico. Pero también puedo llamarte "Señor margaritas, pescado con patatas excepto en Hogwarts que es tostadas de bacon y queso azul"- Él nunca le había dicho esas cosas, ¿cómo las sabía?- Eres mi marido, me hablas sin palabras y también hace más de veinte años que te conozco- El olor a flores le inundó la nariz y él tuvo que hacer fuerza par no devolverle el gesto.

-Ahora, cuéntame tu maravilloso plan.

-Voy a hacer de ti y de mi, mezclados.

-¿De mi?

-Sí, he decidido poner en práctica tu dulce carácter en clase...- Ella miró el techo- Bueno, en todos los aspectos de tu vida.

Eso le hacía hasta gracia.

-Ya veremos qué tal.

Poco después, el pasillo comenzó a llenarse de alumnos que venían a su clase y otros que iban a las aulas abiertas para ver sus pociones preparadas para sus exámenes y trabajos; otros solo acortaban para ir a Herbología.

-Buenas tardes, profesor Snape. Señora Snape, un placer verla- Dijeron sus alumnos.

Ah, señora Snape.