Notó su cabello ser acariciado y, sin abrir los ojos, se acercó a la fuente de calor. Se topó con la cara de Sirius y ella le dio un juguetón lametón típico de un perro. Luego, se rió cuando él se quejó.
-Severus...- Él la miró frente a él, olía a felicidad. Ella le besó la punta de su nariz y cogió sus manos- Feliz Navidad, mi maravilloso marido- Notó el peso de algo aparecer de golpe en sus manos y las abrió. Era un reloj de bolsillo, de oro, con incrustaciones, era robusto y delicado a la vez- Ábrelo y léelo- Luego, miró a Sirius, despeinada y con el maquillaje corrido y aún rastros de sueño en su cara.
Hizo lo que su esposa le pidió, dentro, la esfera giraba velozmente y se dio cuenta que no era un reloj común, ni tan siquiera un reloj mágico común: Tenía calendario de día, mes, año, hora hasta los yoctosegundos, funciones de brújula y sextante, termómetro, altímetro, barómetro, fases lunares y solares, horario mundial, geolocalización bastante precisa (como Hogwarts es inmarcable solo decía "Escocia"), indicador de mareas, velocidad del viento, hora sideral, tourbillon volante para contrarrestar los efectos de la gravedad... Y además, una inscripción que leyó en voz alta- "Gracias por aparecer en mi vida el 1 de Septiembre de 1971. Gracias por quedarte en 1994. Si me echas en falta, búscame en el firmamento...Te... Amo... Sirius Snape..."- Se giró a mirarla y tenía un dulce sonrojo.
La besó con algo de cariño, estas cosas no se le daban bien. Pero ese ronroneo y ese sonrojo... Olió la ligera vergüenza en su esposa y eso le llenó más a él de vergüenza, así que para opacar decidió que hacerlo con ella, algo a lo que se había acostumbrado (sin quejas), era lo más sensato que podía hacer dadas las circunstancias. Ella se dejó, por supuesto, su esposa siempre estaba dispuesta a "demostrar cuánto me enciende mi alfa", y él, aunque era cierto que Sirius le gustaba físicamente tanto si fuera su omega, como si no, siempre se dejaba arrastrar, si no es que la arrastraba a ella.
Hora y poco después, yacían desnudos y sudados de nuevo en el colchón. Él estaba boca arriba con Sirius encima que le acariciaba el pecho y respiraba tranquilamente contra su cuello. Estaba jugueteando con el reloj, era muy bonito. Leyó de nuevo la inscripción.
"Búscame en el firmamento".
¿El firmamento?
-Ascensión recta: Aproximadamente 6h 45m 08.9s. Declinación: Aproximadamente -16° 42' 58"- Dijo Sirius con voz medio adormilada.
Movió el reloj, más o menos sabiendo donde estaba la constelación del Can Mayor cuando era de noche, que ahora coincidía con el techo de su dormitorio. El reloj comenzó a moverse, marcando las coordenadas estelares en su esfera de cristal y localizó los números, mientras sonreía, sabiendo lo que buscaba. Cuando lo puso en el punto exacto, debajo de los números citaba: Sirio A. Canis Major. "Estrella más brillante del firmamento".
Su mujer se aupó- No te vas a deshacer de mi...- Él se giró a mirarla- Aunque no esté físicamente a tu lado, te observo desde el cielo... ¡Como la idea de los fantasmas que tienen los muggle!
Ella le besó escuetamente mientras aún se reía de su propia broma- Igualmente me amenazaste con estar juntos toda la eternidad, mujer.
-¿Amenazar? ¿Mi amor por ti es una amenaza?- Dijo ella jocosa- Será posible... Con lo que yo te cuido y te mimo...
-Con lo que tú me sacas de quicio y me arrastras a tus planes absurdos, más bien.
-¡Te anquilosas, Severus!- Ella se puso totalmente encima de él, con su cabello negro contra su piel y su olor le dio de lleno. Podía oler su ¿cariño? ¿amor?- ¿Recuerdas cuando nos escapábamos a horas intempestivas para buscarnos el uno al otro? ¿Para pillarnos haciendo cosas que no debíamos? ¿Cuando tú me pillaste borracha saliendo de la Sala Común de Huffelpuf, o cuando yo te pillé cogiendo libros de la Sección Prohibida?- Él alzó una ceja y se dejó arrastrar por sus besos y las historias de hechizos el uno contra el otro.
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Sirius, la Omega
Romance#FemaleSirius Levantó una ceja- Repite despacio, Black. -Solo digo, qué si quieres ser mi Alfa.