De Este a Oeste

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Despertó notando un cuerpo caliente que estaba contra su piel y recordó que había dormido desnudo con su esposa después de hacerlo con ella. Ahora estaban haciendo la cucharita y ella usaba su brazo como almohada. Rodó sin quitar su brazo del sitio, para quedarse boca arriba e ir quitándose la modorra.

-Buenos días...- Dijo ella aupándose encima de él tras darse la vuelta. Se besaron castamente aunque ella le atrajo del mentón para dar algo de profundidad al beso- ¿Qué hora es?

-Cerca de las once y media- La atrajo ligeramente y acarició su piel bajo las sábanas. Era un gesto personal e impropio de él y pensó que lo había hecho varias veces desde que se casó con ella, pero dentro de la cama con su esposa desactivaba un poco todos los muros. Obviamente, no iba a contarle todo, ni iba a expresar todo, pero había comodidad y la piel de ella le gustaba al tacto. Ella besuqueó su glándula detrás de la oreja- Tenemos que irnos. Tenemos que recoger y hacer las maletas, y tendríamos que comer algo...

Ella lamió su oreja de vuelta y un olor fuerte y dulce le llenó la nariz- Podríamos comernos el uno al otro si te apetece, alfa...- Dijo con un tono marcadamente sexual y acabando con un fuerte gruñido excitante acompañado de una risita coqueta.

Que Sirius le buscase a él, a Severus Snape, tenía su punto excitante y halagador. Qué además lo hiciera, no solo como mujer si no como omega, emitiendo esos ruiditos y olores era adulador.

Su respuesta fue cogerla del culo para apretarla contra él y besarla. ¿Sexo por la mañana? Nunca lo había hecho con tan poco espacio de tiempo. Es decir, él lo hacía una vez y lo mismo hasta dentro de muchos meses no volvía a tener relaciones, pero... La mujer parecía que quería y lo del día anterior había sido estimulante.

Ella le atrajo del mentón y se subió encima de él con las piernas abiertas. El beso se tornó fogoso en seguida...

Y todo fue interrumpido por lechuzas en la ventana.

-¡Por el amor de Merlín!- Ella apoyó su frente en su barbilla y suspiró- Si nos interrumpen incluso cuando estamos solos, ¿cómo va a ser cuando tengamos cachorros?

Tuvo que reírse ligeramente con eso pensando en tener algo de intimidad con un par de crios gritando por casa. En realidad, esa escena le gustaba a su manera, aunque la perspectiva de tener sexo con su esposa sin la intención de concebir también era tentador a su manera extraña. ¿Se sentirían así todas las personas?

Sirius le dio un beso cogiendo sus mejillas y se levantó mostrándole indirectamente toda su esplendorosa desnudez y, de paso, todas las marcas que él había dejado en su cuerpo. Nunca le había importado marcar o no a alguien, pero de repente se sintió fuertemente tentado de pasar sus manos por sus hombros mordidos para constatar que esa hermosa omega había gemido bajo sus atenciones la noche anterior y que, con ese acto, le había dejado esas mordeduras. Tenía un deje posesivo de repente.

Siempre había sido posesivo. Sus cosas, sus libros, sus pociones, su laboratorio, sus hechizos, su Lily, su ahijado... Y supuso, muy acertadamente, que tendría algo así con su esposa.

Pero esto era más animal, menos parte de su carácter de Slytherin.

¿Es porque su alfa se estaba acostumbrando a tener un omega? ¿Es porque quizás se acercaba su celo? No lo tenía muy claro, y el exacerbado olor a sexo, y ver a esa bella mujer con su camiseta puesta del día anterior mientras leía el correo no ayudaba en absoluto a esclarecerse. Le estaba costando no gruñir como reclamo sexual como le había pasado la noche anterior antes de besarla, y también le estaba costando no levantanse, tirar las cartas por la ventana y hacérselo de nuevo contra el mueble que tenía delante.

Aún así, tiró su cabeza para atrás y apoyó su cabeza contra el frío cabecero para volver a tener la mente, y su pene, en su estado natural. Su esposa caminó hasta él y apoyó su rodilla en el colchón para sentarse, luego, dejó su mano en su pecho y acarició su vello- Albus nos pregunta como estamos y pide que vayas mañana a Hogwarts, Narcisa nos ha escrito para decirnos que ya están en casa y Draco te ha escrito pero esa no la he abierto- Él pasó su mano por sus muslos con sus dedos amoratados marcados en su piel- ¿Te preparo la bañera mientras me visto y bajo para ver que puedo arramblar para el desayuno?- No le dejó contestar antes de que le besara de nuevo en los labios, luego en la nariz y se levantara sonriendo para irse a asearse, dejando por el camino su olor dulce habitual.

Sirius, la OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora