Estás castigado

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"Sala de castigos IV, 19h - Snape"

No es que fuera un gran celebrador de cumpleaños, pero tener que ir a vigilar un castigo el día que cumplía 35 años le hacía tanta gracia como ir a la playa en agosto.

Se despertó con su esposa lamiendo su cuello y con un olor excitante en su nariz. "Feliz cumpleaños, mi vida, vamos a empezar este especial día para ti con un poco de sexo...".

No se iba a quejar.

Tampoco se quejó cuando ella se metió con él en la bañera para hacerle un masaje o cuando el desayuno, hecho por ella, tenía forma de corazón. A ver, eso último era ridículo a niveles astronómicos, pero no iba a rechazar tostadas con mermelada amarga, zumo natural de grosellas, revuelto de bacon y huevo y café vienés, servido por su esposa vestida como toda una ama de casa de cortijo de brujas de la campiña.

Merlín, no es que se quejase de los cortos y apretados atuendos muggle de Sirius, pero tampoco se iba a quejar cuando se vestía como una sangrepura desdeñosa porque le ponía una puta barbaridad.

Tan exclusiva... Tan suya.

Respondió la misiva de felicitación de su madre, como cada año: Como su cumpleaños era tan cerca de Navidad y Año Nuevo, solo había una carta anual con un resumen que no pasaba más allá de que todo iba exactamente igual con ligeros matices aquí y allá por parte de su madre, a veces era él quién añadía los datos de un nuevo libro o tesis publicada. Esta vez, fue él quién añadió una "nueva buena": Que se había casado con "la primogénita omega de los Black, de su edad, la hermana mayor de su amigo Regulus". Probablemente, su madre la conocía de sobra, siempre estaba atenta de una manera indirecta de todos los asuntos del mundo mágico. ¿Rompería su madre su tradición de una carta al año para comentar algo sobre su matrimonio o le daría igual, al igual que pasó con su maestría, su trabajo o sus publicaciones? ¿Quién sabía?

Ella le espolsó* el polvo de su recién regalada túnica de color cuervo con botones de oro- Esta tarde podríamos ir a dar una vuelta por el Bosque y recoger ingredientes con tu nueva bolsa- Ambos miraron la nueva bolsa de cuero curtido con decenas de bolsillos que contenían otras bolsas (como una bolsa murciélago para ingredientes ruidosos o un estuche de madera con runas para los más delicados), frascos de varios tamaños con tapones de corcho o tela según el ingrediente a guardar, cuerdas, guantes, pinzas, escalpelos, cuchillos y otros utensilios. ¿Precio real? Varios cientos de galeones. ¿Precio sentimental? No tendría tiempo jamás para agradecerlo, era lo mejor que le habían regalado nunca.

*Él verbo espolsar solo existe en el valenciano, el dialecto que se habla en la región de España donde me crié. Viene de la palabra pols, polvo, y es la acción de quitar a alguien o a algo el polvo de encima con la mano, o con un trapo, dando ligeros golpes.

-Sí, estaría bien.

-Perfecto, prepararé atuendo para la nieve- Luego, ella se aupó para besarle castamente- Pasa un buen día, mi amor...- Le besó de nuevo- Yo no haré mucho más que leer y tejer.

Se marchó a continuar con su día, hasta que en su despacho recibió la nota para reportarse. Le escribió a Sirius, que como no estaba en la habitación ni en su propio despacho, supuso que estaría preparando algo para la nieve. Hidromiel caliente... O conociendo a Sirius, aguardiente del fuerte.

Entró en la sala que solía estar vacía. Supuso que como ahora había alumnos de dos colegios más, estaría hasta los topes.

Solo había una alumna de espaldas a él, de Gryffindor, cabello negro largo y medio liso hasta la cintura, estaba sentada en la mesa (un día más de castigo), los libros estaban a su lado y con una de sus manos estaba tamborileando el duro lomo de uno de ellos; se veía, y se olía, el humo de un cigarro (una semana más de castigo) y estaba tarareando (un día más de castigo... Porque lo decía él). ¿La alumna? Por la complexión y el cabello debía ser la mestiza de los McWarren, que llevaba desde que entraron los nuevos alumnos siendo pillada en situaciones "comprometedoras" con alumnos de Drumstrang y Beuxbatons, siendo castigada al menos una vez a la semana.

Sirius, la OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora