1.4. Si quieres te muestro

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Leo pov:

Solo faltaba una hora para irnos a casa. Bueno, después de aquí iría al gym con los chicos. Pero ya estaba cansado, muy pesado a sido este primer día.

Capricornio hablaba con unas chicas, las cuales tomaron la iniciativa de acercarse. Por momentos me iba de la conversación y volvía.

—Y tú, Leo —me toca el hombro—. ¿Por qué te cambiaste de escuela?

—Mis amigos se irían, quise intentarlo —alcé los hombros.

—¿Y te está gustando? —se acerca más y presiona sus pechos con sus brazos, interesante.

—La verdad sí —dije mirando disimuladamente su escote, pero luego dejé de verlos, que atrevida es esta chica.

Dejé la conversación. El profesor nos había dado la hora libre pero dijo que nos quedáramos en el curso. Salí a tomar agua del bebedero que está dos cursos más lejos del que estoy.

Llegué y bebí un poco de agua. Una chica se me acerca.

—Hola, soy nueva y estoy algo pérdida.

—Falta una hora para salir y ¿aún sigues perdida? —la miré riendo, no me burlaba pero buen intento.

—Lo siento no quería ser tan obvia —rió—. En el almuerzo te vi con el grupo nuevo de estudiantes, 12 chicos es mucho.

—Y que nos miren desde lejos también —dije disimuladamente y empezaba a irme, no quiero que la acosadora se fije en mí—, nos vemos, si sigues perdida hay un mapa por allá.

—Espera, sé que se escuchó mal, no quería espiarlos pero no tienes que ser grosero —dijo con voz apenada. Tal vez lo interpreté mal, ni modo, somos los nuevos y un grupo grande, nos verán donde sea.

—Lo lamento, es solo que no me gusta que nos espíen, pero entiendo que es porque somos nuevos, ya luego seremos invisibles —sonrío rascándome la nuca—. Soy Leo —le extiendo la mano.

—Amber, es un gusto Leo —estrecha mi mano—, perdona por la forma de acercarme, fue tonto preguntar dónde queda algo cuando ya estamos por salir.

—Descuida, lo intentaste y no salió tan mal —le sonrío y noto como ella suspira—, ya me voy, ¿aún quieres ayuda para ubicarte? —le pregunto sarcástico.

—Tengo toda la vida aquí, pudiera no mostrar la escuela, la ciudad también —sonríe.

—Eso suena bien —le digo, le guiño un ojo y luego giré para salir caminando hacia el curso.

Es una agradable chica, no me gustó que mintiera para acercarse pero supongo que fue una mentira blanca, digo, pude resultarle atractivo y no sabía cómo hacerlo, tal vez le tome la palabra para salir a conocer la ciudad.

Cuando llegué estaba todo tal cual, mini grupos de chicos formados hablando y Capricornio con un par de chicas. Me senté junto a ellos.

—¿A dónde fuiste? —pregunta Capricornio.

—A tomar agua, conocí a una chica simpática —dije alzando los hombros.

—¿Qué chica? —pregunta una de las que está sentada al lado de Capricornio.

—Amber —respondí.

Las chicas se miraron entre ellas mientras decían "no no".

—Es mejor que te alejes de ella —la miré confundido—, es una mentirosa, de tres cosas que dice solo puedes creer la mitad de una —dijo mirando a las demás chicas. Capricornio y yo mirábamos confundidos.

—E inventa cosas, una vez inventó que viajó conmigo y mi familia de vacaciones, y que mi padre intentó involucrarse con ella —esta vez habló una pelirroja bastante linda.

—No sé a quien creerle —dije, no conozco a nadie, para mí todos y todas pueden decir lo que sea.

—Si es tan amiga mía como para viajar con mi familia, ¿por qué no está aquí ahora? —me pregunta. Yo solo me encogí de hombros—. Créeme hay personas mas encantadoras que ella.

Yo solo asentí, creo que mejor me quedo en casa hasta ir a la universidad.

Zodiac, una historia para recordar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora