2.7. Sentimiento de culpa

16 1 0
                                    

Aries pov:

Genial, estábamos en medio de la nada enfrente de una casota la cual debe ser muy modesta y calientita.

—Busquen entre las plantas, la llave debe estar por aquí —nos indica Tauro y todos ayudamos.

¿Y si esa mujer la enterró? No traíamos palas, apenas llevábamos ropa. Había un control de voz, con el que se comunicaban los de adentro con los visitantes, intenté buscar algo fuera de lugar, a veces lo que está a la vista es a lo que menos vemos. Había un pequeño agujero y metí mi dedo índice en él y sentí algo, me emocioné pero estaba difícil de sacar. Seguí tratando hasta que vi un pequeño hilo transparente que salía del mismo orificio, lo jalé y salió la llave.

—¡Somos libres! —grité y todos me hicieron "shh". Tauro tomó la llave y abrió la gran puerta de hierro que cubría la casa, no pesaba obvio.

Rápidamente entramos y una vez dentro observamos el gran oasis. Habían mini estanques con rocas de donde les salía agua, había un puente porque debajo de él cruzaba un pequeño río artificial. La señora dueña de esta casa fue muy puntual con los detalles. El recorrido fue largo, aún seguíamos en el patio hasta que llegamos a la puerta ¿que qué creen? También estaba cerrada. Puse mis manos en las caderas como una señora.

—En esta me siento —dije y me senté en el pavimento ya que había iniciado a llover y la tierra ya estaba mojada.

Los chicos comenzaron a buscar y nada, buscaron debajo del tapete y nada, debajo de las plantas, rocas y nada, la lluvia empezaba a apretarse y ni se diga el frío. Tuve que intervenir y sacar mis poderes. Me levanté y tranquilamente observé todo. Si antes la respuesta simple era la correcta, ¿será que ahora estamos en la parte difícil?

Fui hacia el estanque y como pude por la lluvia que caía y hacía que el agua se moviera era más difícil poder ver y nadie traía un foco o algo que diera luz. Estaba todo oscuro y si estaba ahí no la vería ahora. Seguí buscando, crucé por el puente y bajé por el agua, la llave colgaba debajo del puente, solo si te agachabas y entrabas a la parte de abajo la verías.

—¡Soy el mejor en esto! —grité y me gritaron de vuelta "date prisa".

Corrí y llegué a la puerta, estaba emocionado y varias veces se me cayó la llave. Cáncer la recoge y tranquilamente abre la puerta, nosotros nos abalanzamos hacia el recibidor y caímos encima del otro.

—¿Así agradecen? —digo y después de tantos lamentos nos pusimos de pie y cerramos la puerta con todo lo que podíamos, más tarde le colocaríamos un taburete no te desesperes puerta.

Si afuera era un sueño, esto aquí era el cielo en persona, tenía un estilo muy moderno y espacioso, ¿su tía era Griselda Blanco?. Le gustaba la naturaleza a su tía porque habían muchas plantas hasta bonsáis.

—Esto es hermoso —dijo Acuario viendo los cuadros y admirando todo a su alrededor.

—Estaremos cómodos aquí —dijo mirándola atentamente.

—Danos un tour —le dijo Cáncer interponiéndose entre ellos. Los demás estuvieron de acuerdo a pesar de estar cansados.

—Puedo hacerlo pero ¿no es mejor ponernos cómodos antes de? Bañarnos, comer algo —dijo Tauro, nosotros accedimos, olíamos a caño—, vengan, los llevo a las habitaciones —terminó diciendo y tomó de la mano a Acuario, será que en ese armario pasó algo más...

Subimos a la segunda planta, era igual de grande que el primer piso, tenía una gran sala al subir las escaleras y alrededor de ella habían muchas puertas.

—Son 6 habitaciones en total, así que elijan a su pareja —indicó Tauro y nos mostró la primera habitación, Géminis y Sagitario rápido la hicieron suya.

Zodiac, una historia para recordar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora