Enigma (Gem4th)

Capítulo VI: Thale*

🐺

—Deberá pagarme el foco... Phi — declaró Fourth decidido a no ceder, marcando la última palabra. Una gota de transpiración se comenzó a formar en su frente, el sobre esfuerzo de mantenerse en pie, le estaba pasando la cuenta. La aura y esencia de Gemini era demasiado para cualquiera, incluso para un pura sangre como él.

Gemini iba a dar otro paso, haciéndosele insoportable aquella distancia entre los dos, escuchando después de tres años a su lobo susurrarle en sus pensamientos el que lo tomara entre sus brazos y enterrara su nariz en el cuello del más bajo.

—Ash... ¡Gem! ¿no me escuchaste? ¿Phi? — su gemelo llegó a su lado, algo molesto, queriendo tocar su hombro para llamar su atención, cuando vio al frente de su gemelo, al alfa que lo tenía ocupado en su investigación a diario de su Instagram y redes sociales. — Oh, hola

—Ho-hola — saludó Fourth al omega, sin quitar la vista de Gemini, ni poder hacer un wai* formal para saludar como correspondía

—Sube al auto — ordenó Gemini a su gemelo

—Esta chocado, ¿funcionará aún? — rodó los ojos, luego miró al alfa —Soy Phuwin, el gemelo del gruñón — se presentó, con una sonrisa en sus labios, haciendo un wai de manera informal.

—Soy Fourth, Nattawat Jirochtikul — respondió esta vez concentrándose para poder hacer un wai mucho más respetuoso, no pudo mantener la vista en el omega, cuando el Enigma se interpuso entre los dos.

—Sube— fue la última orden que dio. Phuwin molesto, con la cabeza gacha se dio media vuelta entrando al auto de Gemini sin decir una palabra. Dio el último paso cerca de Fourth, la distancia casi no existía entre ellos, haciendo que el más bajo se tambaleara por la sorpresa y casi cayera al piso, si no es por la rápida acción de Gemini, sosteniéndolo.

La energía del universo se centró en la conexión de la mano de Gemini sobre el brazo de Fourth.

Un solo gruñido salió de la garganta del Enigma, Fourth casi cae al piso, pero fue sostenido por Gemini, nuevamente, quien lo llevó a su auto y lo sentó donde hace unos minutos estaba, antes de que lo chocara y le habló con voz grave, sin usar la de mando.

—En media hora estoy de vuelta por ti, espérame — Fourth solo pudo asentir, sintiendo que era anclado al asiento de su auto. Gemini cerró la puerta del piloto y se fue a su propio auto, saliendo rápidamente del estacionamiento para dejar a su hermano en su casa, antes de volver a la universidad donde el alfa no se había movido ni un centímetro y lo esperaba. Phuwin mantuvo su rostro decaído, mirando sus manos en todo el viaje, se dio cuenta apenas vio a su hermano con el alfa, que ellos tenían una energía especial, algo que no había visto antes y que de cierta manera le causaba enojo, celos y rabia. Pero entendía que contra los designios de la madre luna no se luchaba y que contra el Enigma él nunca podría ganar. Ni el ni nadie. Aunque Phuwin entendía y conocía esto, no evitaba el que se sitiera triste por aquello. Un corazón roto no era fácil de curar, ahora lo comprendía el omega.

Mientras tanto en el estacionamiento de la facultad de leyes, el alfa, escuchó a su lobo susurrarle millones de veces, desde que Gemini lo había dejado ahí esperándolo "Me gusta él, me gusta él, me gusta él..." sin parar.

Fourth sabía que si el Enigma lo reclamaba suyo él no podría negarse, pero porque sentía que no podía aceptarlo del todo, algo no estaba bien, algo le decía que no podía ceder ante este Enigma, aunque esto le costara caro.

Cuando el auto de Gemini llegó de vuelta al estacionamiento, Fourth supo que ya se había rendido apenas el olor a eucalipto inundó su nariz. Y lo que fuera que le dijera Gemini él lo haría sin pestañar. Como si su vida dependiera de eso.

Las relaciones de los Enigmas, era un tema desconocido, ya era poca la información sobre ellos en general, en ese aspecto era aún menor. Solo se mencionaba en algunos archivos de internet el que les era muy difícil tener pareja a un Enigma porque no lograban conectar con nadie realmente, eran más bien solitarios. Teniendo parejas, varias para solo satisfacer su deseo sexual, nunca anudando ni reproduciéndose con nadie, por eso el que naciera un Enigma era solo por linaje y herencia, algo más bien del azar. Ya que para un Enigma nadie era digno de su descendencia.

Lo que no sabía Fourth y que en ninguna parte de internet aparecía, era que cuando un Enigma lograba aquella conexión podía ser realmente muy feliz y protector. Logrando que él y su pareja vivieran en una eterna luna de miel. Logrando si lo querían, tener muchos hijos, y todos resultando en Enigmas. Era algo que solo había pasado una vez desde que la madre luna creo a los hombres lobos, hace ya más de cincuenta años atrás. Y por ende era algo que nadie conocía.

Gemini bajó del auto, caminó al auto de Fourth abriendo suavemente la puerta, tomando del brazo al alfa, sacándolo de ahí para llevarlo de vuelta a su propio auto. El alfa lo siguió en piloto automático como si sus extremidades no fueran suyas, si no una extensión de Gemini.

Una vez sentado en el asiento del copiloto, el Enigma colocó suavemente el cinturón de seguridad sobre el torso de Fourth, no perdiendo la oportunidad de sentir el aroma de este al estar tan cerca, Gemini dio la vuelta entrando a su auto y arrancando, saliendo a la carretera con rumbo desconocido para el Alfa. Pero deduciendo por la dirección que tomó a donde se dirigían.

—¿Vamos a la playa? — de las diez provincias que estaban bajo la manada de la familia Titicharoenrak, esta era su favorita. Al igual que para Gemini. La provincia de Chonburi, por el camino y el tiempo que recorrieron sabía que debían estar cerca de la playa Wonnapha.

—Mmm — fue lo único que dijo el Enigma a modo de afirmación.  

*

*

*

👓💙