Enigmas:
Son los super alfas, son la copia exacta de la naturaleza salvaje y agresiva de los alfas. ¿Similares a los Gammas en personalidad? Oh por dios no, los Gammas tenían una mínima amabilidad. Estos tipos y apenas tiene consciencia sobre sí mis...
El patio trasero de la gran casa de la familia Titicharoenrak se convertía cada cuatro meses en un gran lugar de encuentro de jóvenes solteros de las familias acomodadas de Tailandia, de la zona sur. Jóvenes desde los quince años en adelante.
Muchas parejas salían de ahí. Si sus lobos eran compatibles y se agradaban, entonces era suficiente. Y si algún milagro sucedía como el de encontrar a tu pareja destinada, aquella fiesta seria recordada por mucho tiempo.
Varios padres también asistían, acompañando a sus hijos menores de edad, y también otros para hacer vida social y uno que otro acuerdo podía salir, si sus hijos encontraban un buen partido.
Aquel día viernes nadie fue a clases, todos se preparaban para aquella velada, y en la casa Jirochtikul no era la excepción.
—Love, ¿Por qué siempre revuelves mis cosas? — gritó el alfa desde su habitación
—Nadie se ha metido en tus cosas — le gritó de vuelta la chica, en la habitación contigua
—¡Mae! — gritó el alfa
—¡No estoy!, arreglen sus problemas ustedes solos, además les quedan solo cinco minutos, yo ya voy saliendo — anuncio la mujer desde el primer piso.
—Yo me voy en mi auto — anuncio Fourth.
—Sabes que no se puede, ¿acaso olvidaste las reglas?, serás un pésimo abogado — dijo su hermana en la puerta de la habitación del alfa — Bye — sacó su lengua molestando a su hermano, bajando las escaleras rápidamente
Fourth suspiró recordando aquello, estaba tan nervioso que había olvido aquel pequeño detalle. Todos los hijos menores de dieciocho debían ir con sus padres, y aunque él ya los tenía Love no, y no podía dejarla sola.
Llegando al gran evento, Fourth permanecía cerca de su hermana, siempre evitó acercarse a sus amigos por miedo a que alguno fuera compatible con él. Agradeció mucho cuando Dunk encontró el año pasado a Joong en aquella fiesta, ya que al ser omega era muy probable que fueran compatibles, pero para Fourth que lo conocía desde el kínder era como su hermano, no podía imaginarse en otro tipo de relación. Con Satang era diferente ya que, al ser un Gamma, prácticamente era compatible con muy pocos, y siempre se escapaba a mitad de la fiesta.
La única vez que Fourth tuvo la iniciativa de ir a conocer a alguien fue a Phuwin hace tres años atrás, pero ahora que lo pensaba tal vez fue el enigma quien lo atrajo, sin ser conscientes de aquello.
Caminó por el salón lleno de jóvenes, el ambiente era realmente acogedor y vibrante, la música igual era agradable, todo el ambiente propicio para encontrar tu media naranja. Pero no vio por ningún lado al enigma.
—Hijos, sus parches — estiró la mano su madre a ambos hermanos. Quienes con cuidado y algo de nerviosismo sacaron sus redondos y pequeños parches de sus brazos, entregándolas de manera ceremoniosa. —Que la madre luna los acompañe y bendiga con una buena pareja — despidió la madre, quedándose en la "zona de padres" a la orilla del salón improvisado en el jardín, completamente cerrado y techado.
—No me agrada tu aroma —arrugó la nariz Love a su hermano
—Tampoco me gusta el tuyo, es demasiado empalagoso, dudo que encuentres alguien capaz de soportarlo...—vio una alta chica caminar rápidamente en dirección de él. Asustado Fourth olio que era una omega, "No puede ser" pensó, queriendo retroceder, junto a su hermana que la tenía sujetada por el hombro, pero esta no se movió. La observó rápidamente, dándose cuenta que esta la veía.
—Yo... hueles delicioso — le dijo la alta chica a su hermana
—¿Qué? — Fourth miró asombrado. Debía ser una broma, aquella chica omega estaba encantada con su Nong, su mirada la delataba. Soltó el hombro de su hermana incrédulo aun, dejando a ambas chicas solas, lo último que escucho es que la omega se llamaba Milk. Pasó por el lado de ellas, sonrió involuntariamente, realmente eran compatibles ambas, su hermana era chicle y algodón de azúcar mientras la omega era palomitas de maíz y caramelo.
—Un día en el parque infantil — susurró para sí divertido. Un poco más allá vio a su amigo con el ceño fruncido, parecía que estaba enfermo del estómago por su expresión, se acercó preocupado — Tang, ¿estas bien?
—Fot... yo me siento... extraño — dijo sin quitar la vista de la puerta de entrada. —No se si soy muy afortunado o muy desdichado
—¿Qué?, ¿Por qué lo dices...?
—Gamma, un super omega como tu... necesita de un Delta como yo — declaró una voz, Fourth se volteó a mirar donde Satang miraba, abriendo sus ojos en sorpresa. ¿Cómo podía ser posible este suceso?
—Tú... —Fourth se vio interrumpido cuando su hábil nariz fue la primera en detectar aquel aroma ya familiar. Y reconocía que estaba con parche inhibidor, ya que su aroma era fuerte así, no se imaginaba lo que podía causar el que no lo tuviera. Busco con la mirada por todo el lugar, pero no podía distinguir al enigma, cuando casi terminaba la vuelta en trescientos sesenta grados, a la distancia, lo vio. Imponente, hermoso, irreal, caminando en su dirección, Fourth no se quedaría ahí, menos viendo a su amigo con aquel Delta.
Dos pasos alcanzó a dar, cuando fue interceptado por un omega, más alto que el, que con total descaro rodeo sus hombros, tomándolo desprevenido.
—Mis dos aromas favoritos en un alfa, juntos, menta y chocolate amargo — aspiró cerca del cuello de Fourth —Delicioso, realmente delicioso
—Tu...—quiso quitar el brazo alrededor de él, pero alguien fue más rápido
—NO. TOQUES. A. MI. ALFA. —el tono de voz del Enigma era aterrador, al punto de que aquel atrevido omega sintió que moriría ese día.
Fourth no supo o mas bien no entendió como todo se descontrolo después de aquello. Tuvieron que entre cinco alfas tratar de detener a Gemini, hasta que una inyección de calmante lo trajo a sus cinco sentidos. Y luego declarando públicamente que Fourth era suyo. Nadie podía ir contra eso. Y nadie se espero tampoco aquello de manera tan directa de parte del Enigma. Verlo descompuesto en plena conexión con su lobo. Era un espectáculo asombroso, majestuoso y terrorífico al mismo tiempo.
—De verdad me alegro que seas tú — acarició la mano del alfa la mujer de mediana edad. De hermoso aspecto y amable trato, ambos sentados en unas sillas del comedor. —Jamás pensé que mi hijo podría tener a alguien a su lado, y menos que lo declara públicamente, debe realmente sentir mucho por ti.
—Así parece — dijo tímido el alfa.
—Bien, ya mi hermano volvió a ser un humano decente, se disculpa por lo sucedido anteriormente y quiere que por favor pasen a la sala para hablar con ustedes — apuntó Phuwin a los padres de Fourth. Que después de la fiesta, la familia del alfa se quedo en casa de la familia de Gemini, porque obviamente debían ver el acuerdo al que llegaría la pareja y si era seria la propuesta del Enigma, aunque no dudaban de él, debía seguir los protocolos establecidos en la sociedad.
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