Capítulo XI: Visita

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Lograr que la pareja se calmara y lograran separar sus rostros de sus cuellos, era una tarea titánica, solo dos dosis de calmante hicieron falta para que sus lobos dejaran paso a los humanos y pudieran volver a sus sentidos.

Aunque mantenían sus manos unidas, y se miraban cada dos segundos, el líder actual de la manada y padre del hogar Titicharoenrak, habló

—No se preocupen, nadie los separara, eso es antinatural, sus destinos están unidos como la Madre Luna designó y nadie puede contra eso.

Phuwin sonreía ampliamente, mirando a un deslumbrado Alfa.

—Mi hijo me dio un pequeño resumen de quien eres y por que estas aquí, y me parece que nada de lo que sucede en nuestras vidas es un azar — habló al alfa que sostenía las manos de su hijo menor por unos segundos.

—Prometo que nada le pasara a Mi Omega, si usted lo permite, ¿Podría comenzar a cortejarlo desde hoy mismo?

—Creo que necesitas conversar con mi hijo primero, por algo estas aquí, luego conversaremos sobre los demás — terminó la conversación el líder y se levantó del gran sofá, en la sala donde todos estaban sentados.

—Pueden pasar a mi oficina, ambos — anunció Gemini, poniéndose de pie tras su padre, siendo seguido por Thanawin y Naravit, el ultimo sufriendo internamente ante los pucheros que le hacia Phuwin para que no se alejara. —¡Phuwin! — alzó la voz el Enigma, haciendo a todos mirar en su dirección, su hermano sin chistar soltó al alfa, agachando su cabeza en señal de obediencia.

Nadie dijo nada más y los tres se encerraron en la oficina, del que en un par de años sería el nuevo líder de la manada del sur de Tailandia.



*

—Así que, eres la nueva Luna de tu facultad, ¿deberíamos celebrar eso?

—¿Ya están los resultados? — soltó Fourth el tenedor. Mientras toda la familia Jirochtikul cenaba

—Si, los publicaron en la página de la universidad — respondió su hermana menor al tiempo que le mostraba la pantalla de su celular

—Guou, es increíble, déjame ver a los demás — le quitó el teléfono de las manos a la pequeña alfa

—¡Ey!, pídemelo — manoteó Love tratando de alcanzar el aparato

—Creo que Phuwin, el gemelo omega de los Titicharoenrak también es la Luna de la facultad de Medicina —dijo su madre

—Así estoy viendo — sonrió Fourth, viendo la imagen de todos los ganadores por facultad. Su hermana alcanzó el teléfono arrebatándoselo de las manos.

Ambos hermanos se miraron con el ceño fruncido y sacaron sus lenguas al mismo tiempo como niños de cinco años.

—Compórtense, ¿Qué es esa actitud de dos jóvenes adultos?, ¿Debería castigarlos?

—¡Pa! — dijeron ambos hermanos al unisonó.

—Así que... —quiso retomar la madre — Ese niño, ¿aun te gusta?

—Phi Phuwin es muy guapo, pero mi hermano es muy lento

—Desde aquella fiesta hace tres años, ¿aun no puedes hablarle?

—Así no es como un alfa debería ser... — quiso aconsejar su padre

—No tengo interés en él — Fourth dijo de improvisto, llamando la atención de todos en la mesa. En realidad, el Alfa no había querido decirle a su familia que el omega había pasado a la historia, y que en realidad era su mellizo quien tenia todo su interés. Tampoco les había dado muchas explicaciones sobre lo que había pasado la noche anterior. Ellos tampoco lo cuestionaron mucho, dado que el Enigma debía tener tal vez interés en que su hijo ocupara algún puesto importante en la manada cuando Gemini fuera el líder, y eso era algo digno de orgullo.

Enigma (Gem4th)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora