Enigma (Gem4th)

Capítulo XXVI: ¿Boda doble?

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Gemini sabía que algo no andaba bien con Fourth, su excelente olfato no se equivocaba, el alfa estaba enfermo, y aunque él trataba de ocultárselo, no podía contra el enigma. Por eso cuando recibió aquel mensaje alarmante de su hermano junto a la ubicación, solo pudo correr lo más rápido que sus piernas le permitieron.

Localizar un hospital cercano no era difícil, lo difícil era en realidad el traficó de Tailandia. Por mas que tocaba la bocina, motos y vehículos se cruzaban sin respetar ninguna señalización. Fourth llevaba días vomitando hasta lo que no tenía, su piel pálida y semblante blanquecino lo tenía al borde de la locura. No podría perdonarse el no haber llevado antes a su alfa a ver un médico. Una luz de esperanza apareció cuando un vehículo se movió, dejando a Gemini el paso, acelerando y saliendo de la avenida principal a una calle de una sola vía, logrando rodear la parte céntrica y llegar al hospital en poco tiempo. Fourth recostado en el asiento del copiloto, mantenía los ojos cerrados, casi sin fuerzas para abrirlo, o decir algo. El corazón de Gemini latía ferozmente, maldiciendo internamente a todo el mundo porque Fourth estaba así, y rogaba a la madre luna porque nada grave sucediera con su amor.

El lado de urgencias no estaba con muchas personas, algo que agradeció Gemini, quien tomó en brazos al alfa, y lo llevó a la carrera dentro. Una enfermera lo dirigió a una camilla, reconociendo al futuro líder de la manada sur. Un médico llegó rápidamente para revisar a Fourth.

Gemini fue sacado del lugar, teniendo que esperar fuera, mientras su alfa era examinado.

A los veinte minutos, el médico permitió que Gemini entrara.

—Estaba muy deshidratado, es evidente que es debido a los vómitos reiterados por varios días, así que esta con una intravenosa, con suero. No puedo aplicar ningún medicamento hasta que los resultados de los exámenes que mandamos a realizarle estén en mis manos.

—¿Cuánto demora eso? – dijo el enigma, sin saber que hacer, más que tomar la mano de su alfa. Quien aparentemente dormía, en la camilla

—Algunos los tendré en media hora, hay otros que demorarán veinticuatro horas, pero tranquilo que con los primero que lleguen ya podré descartar algunas sospechas. –dijo el médico seriamente y con algo de duda, preguntó –El es un alfa ¿cierto? –Gemini asintió

—Es un alfa sangre pura y yo soy un Enigma – informó al beta en sus cincuenta años

—Bien, en media hora volveré con los resultados y tal vez algo más certero sobre su condición – salió del pequeño lugar junto a la enfermera.

Gemini sentía morir al ver al amor de su vida, acostado en aquella camilla, luciendo tan lamentable. No podía dejar de culparse por aquello. 

Gemini busco una máquina expendedora de café, saliendo de la sala de urgencias, habían pasado casi una hora desde que habían llegado al hospital, y luego de la preocupación y adrenalina, necesitaba una dosis de cafeína. Luego de dar el primer sorbo sintió que su sistema volvía a funcionar. Tenía que volver junto a Fourth ya que el tiempo estimado para tener los primeros resultados de los exámenes deberían estar listos. No podía más con la inseguridad de que algo malo sucediera con su alma gemela.

El médico llegó al mismo tiempo que Gemini a la sala donde el alfa estaba. Aún dormía y la bolsa de suero ya se había acabado, una enfermera cambiaba la bolsa por otra nueva.

—¿Todo bien? —interrogó el enigma—Por favor dígame que no es nada grave

—En realidad no lo es —sonrió el beta, luego negó con inseguridad — Puede que, lo que le diré a continuación no tenga mucho sentido, pero dado que usted es un Enigma... puede ser posible