capítulo 3: el pañuelo.

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Villamil:

Estaba corriendo tan rápido que no me di cuenta que un chico de más o menos mi misma estatura, iba caminando justo hacia mí, así que choqué con él y el golpe fue tan fuerte que ambos caímos al suelo.

-Lo siento mucho. Me disculpé apenas me puse de pie y le di una mano al chico para que también hiciera lo mismo.

-No te preocupes, yo era el que estaba distraído; tú estás bien?.

-Sí gracias. Respondí Y aunque intenté que mi voz sonara segura, No lo conseguí; pues él se dio cuenta que algo me pasaba, entonces me dio un pañuelo para que me secara las lágrimas y en cuanto me lo puse en la cara, me comencé a sentir mareado, poco a poco fui perdiendo la conciencia y no supe qué pasó después.

No supe cuánto tiempo pasé inconsciente; Solo sé que cuando me desperté, no estaba en mi casa ni tampoco en el parque; estaba en un cuarto más o menos grande con las paredes pintadas de rojo, una cama matrimonial y un armario súper grande ; al lado de mi cama, se encontraba una mesita de noche , una silla y detrás de la mesa, se ubicaba un ventanal grande por el que entraba el sol.

Confundido me senté en la cama y me di cuenta que al lado de esta, se encontraba sentado el mismo chico del pañuelo; cuando me logré tranquilizar un poco, muy enojado decidí preguntar:

-Quién eres?, Dónde estoy?, Qué quieres de mí?, Acaso Simón te mandó a secuestrarme?, Te comieron la lengua los ratones o qué?, Habla ya carajo!.

-Okay voy a responder todas tus preguntas pero necesito que te calmes. Primero, soy Alejandro posada Carrasco. segundo, no sé quién es Simón, ni siquiera lo conozco; mi jefe se llama Juan Pablo isaza y él fue el que me pidió que te trajera; muy pronto lo conocerás y espero que te la lleves bien con él porque si no créeme que de acá no sales vivo; y tercero, yo no quiero nada de ti, solo te estoy cuidando para que no te pase nada y para que mi jefe no me mate. En cuanto a Alejandro terminó de hablar, la puerta se abrió dejando ver a un chico un poco más alto que yo, de tes blanca, ojos café oscuro y en su cabeza usaba un sombrero. Cuando lo vi, comencé a preguntarme que era lo que quería ese tipo de mí; Sin embargo, todas mis dudas se aclararon al momento que lo escuché hablar:

-Muy bien hecho Alejo, buen trabajo; ahora Déjame solo con el chico que quiero hablar con él; Ah, y tráele un poco de comida porque no quiero que se me muera todavía. El chico siguió la orden de su jefe y se marchó; no sin antes, ofrecerme una disculpa con la mirada.

-Así que te llamas Juan Pablo villamil Cortés; mmm...- habló el ensombrerado sacándome de mis pensamientos. --Yo también me llamo Juan Pablo Pero Juan Pablo isaza piñeros. Qué curioso que tengamos el mismo nombre no?.

-Ajá. Fue lo único que pude responder; no sé qué me pasaba con ese chico que me dejaba sin palabras; tal vez era por su mirada tan penetrante O tal vez porque tenía su mano puesta sobre la mía y su contacto no se sentía desagradable ni nada por el estilo; masbien, era todo lo contrario; se sentía realmente bien.

-Sabes? El tal Simón tenía mucha suerte al tenerte a su lado; Qué idiota fue para dejarte solo; sobre todo con esos hermosos ojos que tienes; y no solo tus ojos sino toda tu cara; realmente eres muy guapo.

-Déjame salir de aquí!. Dije obviamente ignorando esos halagos que por cierto me hacían sentir incómodo.

-Pero por qué te quieres ir?; Es que acaso no estás bien con nosotros?.

-Bueno yo...- Me callé a mí mismo cuando vi que se acercaba a unos cajones y sacaba De allí unas esposas.

-Traté de hacer esto por las buenas pero contigo Ya veo que no se puede, así que...- No terminó su frase solamente tomó las esposas y me amarró con ellas a la cama.

-Adiós villita. Dijo finalmente y se marchó dejándome amarrado y con un pañuelo cubriéndome la boca.

Me puse a recordar las palabras de Alejandro posada... espera, posada; ese apellido me suena familiar creo que lo he escuchado en algún lado; claro! ya recordé de dónde pero esa es una historia que les contaré más adelante. Por ahora les cuento que mientras pensaba en todo lo que había sucedido este día, la puerta se abrió nuevamente dejando ver a Juan Pablo con un plato de comida en las manos.

-Muy bien villamil, Ahora te voy a quitar el pañuelo para que puedas comer pero no te creas que vas a salir bien librado de todo esto. Me dijo al tiempo que quitaba el objeto que tapaba mi boca.

-Hay algo más que me tengas que decir?. Interrogué una vez que mi boca estuvo descubierta.

-De hecho sí; Mira Juan Pablo, tal vez te estarás preguntando por qué estás aquí; pues te lo voy a decir. Necesito que te cases conmigo en una semana.

Ya sé que me quedó un poco más corto de la primera vez que lo escribí pero no recuerdo exactamente cómo iba así que aquí no tienen.

Espero que les guste y nos vemos luego 💚💚💚

amor sin contrato (Isamil).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora