U N O

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Hay cosas de mí que la gente que realmente me conoce sabe muy bien. Una de ellas es que soy muy torpe, soy el tipo de persona capaz de tropezarse en un suelo completamente liso y caer. Otra es que cuando me pongo nerviosa, comienzo a hablar en español y cuando me enfado digo muchas groserías chilenas. Otra más es que, a pesar de que One Direction lleva más años separados de los que estuvieron juntos, aun no los supero.

Y la última es que siempre llego tarde.

Luego de haber conocido a Valerie por un año, ella ha tenido el tiempo suficiente para aprender estas cosas sobre mí. Y gracias a esto, ahora me encuentro en el campus universitario, sentada frente a la cafetería, esperando por ella porque me citó quince minutos antes para asegurarse de que estuviera aquí.

No pasan ni dos minutos antes de que Val aparezca frente a mí, porque si, aunque me haya citado antes, llegué tarde a la hora que ella me dijo y no tuve que esperarla más de cinco minutos. Luce tan radiante como siempre, con un estilo único que solo la caracteriza a ella.

- No puedo creer que no tendré que esperar por ti hoy - dice antes de abrazarme y darme un sonoro beso en la mejilla.

Valerie y yo nos conocimos hace un año, durante nuestro primer día de universidad. Resultó que dentro de este enorme mundo de gente competitiva y confiada nos encontramos, ambas igual de perdidas y asustadas. Aunque ella estudia diseño y yo periodismo, nos las arreglamos para convertirnos en el apoyo de la otra. Nos enviamos mensajes de ánimo entre clases, nos quedamos largas horas en la biblioteca y hacemos fiestas de estudio que siempre terminan con una película.

- ¿Te molesta que Eric y Steve nos acompañen? - pregunta al separarse.

- ¿Quién es Steve? - Eric es su novio perfecto, literalmente. Guapo, amable, divertido, con responsabilidad afectiva, la trata como una reina y la hace inmensamente feliz. Y yo soy la amiga adoptada a la que le compran dulces, invitan a reuniones familiares y llevan de paseo. En otras palabras, soy la que les toca el violín.

Pero ¿Steve? Ni idea de quien es.

- Oh claro, no te conté - rueda los ojos y se acomoda la mochila sobre el hombro - Este fin de semana mamá nos presentó a su novio y a su hijo, que es Steve. Tiene nuestra edad, estudia literatura y se convirtió en el nuevo mejor amigo de Eric.

- ¿Así de rápido?

- Así de rápido. Ya decidieron hacer ejercicio juntos, se envían memes por Instagram y antes de que nos demos cuenta van a adoptar una mascota juntos.

- ¿Estás celosa de que tu novio tenga un nuevo amigo?

- ¡Claro que no! Pero que haga ejercicio significa que pasaremos menos tiempo juntos - se queja, a lo que suelto una carcajada.

- Y que tu novio se pondrá aún más bueno para ti, que tortura - le digo con ironía, a lo que ella me muestra una sonrisa llena de picardía, que cambia a una llena de emoción luego de ver por sobre mi hombro.

- ¡Ahí vienen! - dice, levantando la mano para que la vean.

Me giro y no tardo en reconocer a Eric caminando hacia nosotras acompañado de alguien que se me hace familiar. Cabello oscuro y rizado, piel blanca, ojos oscuros y sonrisa amable.

El recuerdo se siente como un balde de agua fría.

- ¡Conchetumadre! - la grosería salió de mi boca sin que siquiera yo la pensara.



- ¿Estás segura de esto? - susurró sobre mis labios, a lo que yo asentí con la cabeza - Si te arrepientes o quieres parar, necesito que me lo digas ¿de acuerdo?

- De acuerdo.

A continuación, sus labios chocaron con los míos y nos envolvimos en un beso cargado de pasión y necesidad. Sentí sus manos deslizándose por mi espalda bajo mi blusa, haciéndome sentir escalofríos. Yo bajé mis manos hasta su cinturón y tiré de él para pegarlo aún más a mí.

La ropa comenzaba a sentirse como un estorbo y se lo hice saber tirando de su camiseta, que se quitó sin pensarlo dos veces para luego despojarme de mi blusa. Sus labios recorrieron mi cuello mientras sus manos jugaban con la tira de mi sostén...



- ¡Olivia! - di un respingo cuando Valerie gritó mi nombre, sacándome de mis pensamientos - Dios, te he hablado como un millón de veces ¿A dónde se fue esa cabecita tuya?

- Yo... yo... - mi cerebro no es capaz de formar ni una frase coherente, en mi mente solo se repite esa noche una y otra vez.

Mierda ¿Cómo no se me iba a hacer conocido? ¡Claro que lo conozco! Lo conozco MUY a fondo.

- ¿Estas bien? Te has puesto toda colorada, quizá se te subió la presión.

- No... yo... No puedo tener tan mala suerte ¿verdad?

- Cariño, te he dicho muchas veces que cuando hablas en español no entiendo nada de lo que dices y... ¡Amor!

Lo siguiente que veo es a Valerie saltando a los brazos de Eric, que la recibe con el mismo entusiasmo que ella. Pero mi mente no está realmente prestándoles atención, sino que está siendo muy consciente de la presencia de cierto chico a menos de dos metros de mí.

- Liv - Eric se acerca y besa mi mejilla cuando Valerie se aleja de él - ¿Cómo estás? Estas colorada.

- De maravilla... - las palabras me salen en español, así que sonrío forzosamente - Muy bien.

- Liv, este es Steve - lo presenta mi amiga y finalmente me atrevo a mirarlo.

Debo admitirlo, esta igual de guapo a como lo recordaba, quizá más. A pesar de la camiseta azul a mangas largas, se nota que su cuerpo está más musculoso. Su cabello esta más largo y un rizo rebelde cae sobre su frente.

Se ve igual de sorprendido que yo y lo veo tragar con fuerza antes de obligarse a sonreír. Luego extiende su mano hacia mí y yo la tomo, actuando como si esas manos no hubieran estado en casi todas las partes de mi cuerpo.

- Es un gusto - logro decir de alguna forma.

- El gusto es mío.

Por la chucha.

Sabor a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora