D I E Z

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Danielle, Melanie y yo salimos del salón hablando del examen y comparando las respuestas que dimos, lo que me hace sentir segura sobre el enfoque que tuve al responder. No espero tener la calificación máxima, pero si tengo la confianza para decir que es un aprobado seguro y con un muy buen resultado.

Aun debemos ponernos de acuerdo para algunos proyectos, así que decidimos ir a la cafetería por algo de beber, lo que a mi me cae de maravilla.

Esta mañana no desayuné y durante el almuerzo comí muy ligero. Cada vez que tengo un examen me siento como si tuviera el estómago cerrado y no pudiera ingerir nada sin querer vomitarlo luego y hoy no fue la excepción, así que ahora tengo mucha hambre.

Cuando llegamos a la cafetería hacemos la fila para pedir y cuando por fin llega nuestro turno me sorprendo al ver a la persona tras el mostrador.

- Bienvenida, ¿Qué desea pedir? - pregunta sin mirarme.

- ¡Hola! - saludo con entusiasmo - Eres Raquel ¿verdad? - la chica levanta la mirada y abre los ojos con sorpresa al reconocerme.

- Oh, hola - luce algo incomoda y no quiero hacerla sentir extraña en su lugar de trabajo, así que solo sonrío y hago mi pedido habitual antes de esperar a que Danielle y Melanie hagan el suyo.

Es por eso por lo que el sábado sentía que la había visto en otro lugar, porque trabaja en la cafetería de la universidad. No se como sentirme al darme cuenta de que es la chica que siempre se queda observando a Steve como si fuera el Santo Grial y me lanza miradas asesinas por el simple hecho de estar acompañándolo.

- Liv ¿conoces a esa chica? - pregunta Melanie cuando salimos de la cafetería - La que estaba en la caja.

- Se podría decir que sí, pero solo hemos cruzado un par de palabras ¿por qué?

- Porque mientras comíamos no te quitaba la mirada de encima y no era una mirada amistosa - dice Danielle, a lo que frunzo el ceño.

Miro por sobre mi hombro por el ventanal de la cafetería hacia el mostrador. Raquel sigue ahí atendiendo a sus clientes, pero en un momento levanta la mirada en mi dirección y su mirada cruza con la mía. Se esfuerza en formar una sonrisa hacia mi antes de quitar la mirada y atender a su siguiente cliente.

- Solo ten cuidado con ella, me dio vibras algo extrañas - agrega Melanie antes de que sigamos caminando pero yo me quedo pensando en le hecho de que yo sentí lo mismo cuando la conocí.




Esa tarde me encuentro preparando masa para galletas cuando suena el timbre de la casa. Suelto un suspiro de frustración antes de dirigirme a la entrada y abrir la puerta para encontrarme a Steve, que sonríe en cuanto me ve.

- ¿Es mi día de suerte? - pregunta evaluando mi aspecto.

En cuanto llegué a casa cambié mi atuendo por algo más cómodo. Leggins deportivos y una sudadera que encontré en mi closet. Mi cabello se encuentra amarrado en una coleta alta y traigo un delantal de corazones.

- Depende ¿alguna vez has probado las galletas de Taylor Swift?

- No conozco esas galletas, pero si las estas preparando tu seguramente son deliciosas - dice adentrándose a la casa sin que yo lo invite a entrar.

Cierro la puerta tras de mí y voy directo a la cocina, sintiendo los pasos de Steve tras de mí. Lavo mis manos y vuelvo a mi labor con la masa de galletas. Steve se apoya en la encimera frente a mi observando todo lo que hay a mi alrededor.

- ¿Necesitas ayuda?

- ¿Lo preguntas por cortesía o porque realmente quieres ayudar?

- Cortesía, realmente yo sería más un estorbo que ayuda.

Sabor a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora